Este martes, Estados Unidos enfrenta una de las elecciones más polarizadas de su historia reciente. Kamala Harris, la vicepresidenta demócrata y ahora candidata a la Casa Blanca, y Donald Trump, el exmandatario republicano, representan no solo posturas políticas contrarias, sino personalidades que reflejan las divisiones sociales y culturales en el país. Con casi 20 años de diferencia entre ambos, su llegada a esta contienda se da en medio de un clima político tenso y una ciudadanía altamente dividida.
Dos Estilos Contrastantes
La presencia pública de Trump es amplia y abrumadora. Durante su mandato (2017-2021), utilizó Twitter como una herramienta para comunicar sus políticas y opiniones sin pasar por el filtro de los medios de comunicación tradicionales. Sus publicaciones a cualquier hora del día o de la noche capturaban a millones de seguidores y detractores, y su estilo directo y polémico le permitió hablar directamente a su base sin intermediarios. Este enfoque generó un fenómeno mediático sin precedentes, convirtiendo sus redes sociales en un altavoz directo para sus ideas.
Harris, en contraste, había mantenido un perfil bajo como vicepresidenta, en parte por la naturaleza de su cargo y en parte debido a la visibilidad del presidente Joe Biden. Cuando Biden renunció a la carrera presidencial en julio, Harris emergió como la candidata del Partido Demócrata, dándose a conocer a un electorado que apenas comenzaba a familiarizarse con ella como figura principal en una breve y acelerada campaña. A diferencia de la exposición que Trump genera, Harris ha optado por una estrategia más tradicional, basada en discursos medidos y un enfoque moderado, buscando acercarse a un electorado diverso con propuestas en temas de justicia social y derechos reproductivos.
La Edad y la Percepción Pública
Uno de los temas recurrentes en estas elecciones es la edad de los candidatos. Harris, quien cumplió 60 años en octubre, representa un contraste significativo con Biden, quien tiene 81 años, lo cual ha llevado a algunos votantes a percibirla como una opción más cercana y enérgica en comparación a la figura del presidente saliente. Trump, por su parte, tiene 78 años y, aunque la diferencia con Biden es de solo tres años, el enfoque mediático hacia él ha sido diferente. Las fallas de Trump en sus discursos, a menudo caracterizadas como divagantes o indisciplinadas, no han sido interpretadas públicamente como resultado de un posible deterioro cognitivo, y la cobertura mediática sobre estos episodios no ha afectado significativamente su imagen.
La Batalla de los Electores: Hombres vs. Mujeres
Uno de los aspectos más llamativos en la contienda es la polarización en cuanto a género y edad. Las encuestas indican que Trump aventaja a Harris por cinco puntos porcentuales entre los hombres, mientras que Harris lidera por once puntos entre las mujeres, una ventaja que se eleva a cuarenta puntos entre las votantes de entre 18 y 29 años, según un sondeo de ABC News. Este marcado contraste se atribuye en gran medida a la percepción que cada género tiene de ambos candidatos. Los hombres parecen conectarse con la "dureza" y el estilo directo de Trump, elementos que algunos interpretan como signos de fortaleza.
En cambio, las mujeres, especialmente las más jóvenes, se ven alienadas por lo que consideran un estilo "tosco" y machista del expresidente. Para ellas, la hostilidad que Trump ha demostrado hacia los derechos reproductivos y otras cuestiones de salud de las mujeres representa una amenaza directa a sus libertades individuales. Harris, en contraste, ha sido percibida como una figura de apoyo a los derechos de las mujeres, abogando por políticas en favor de la igualdad y la justicia social, lo cual ha resonado especialmente entre las jóvenes votantes.
Un Reflejo de los Cambios en el País
En un Estados Unidos que enfrenta un contexto de transformaciones sociales, los estilos y posturas de Harris y Trump se convierten en un espejo de las corrientes opuestas dentro de la sociedad. Los seguidores de Trump buscan un liderazgo que perciben como fuerte, capaz de enfrentarse a las corrientes progresistas, mientras que los votantes de Harris ven en ella una líder comprometida con los derechos civiles y la equidad, especialmente en áreas como el cambio climático, la igualdad de género y los derechos reproductivos.
Este ciclo electoral, marcado por un alto grado de confrontación y expectativas inciertas sobre el conteo de votos, es testimonio de una democracia vibrante pero también fracturada. Con la posibilidad de que el proceso electoral se prolongue en caso de un conteo cerrado, Estados Unidos enfrenta el desafío de procesar estas divisiones internas, mientras sus ciudadanos aguardan, con ansiedad y esperanza, los resultados de una de las elecciones más polarizadas y cruciales de su historia reciente.