En un mes de guerra entre Israel y Hamás, se han registrado más de 11,000 muertos, la mayoría de ellos en Gaza. Además, se mantienen 241 rehenes y miles de soldados israelíes avanzan por tierra en la Franja de Gaza. La población de Gaza se enfrenta a una catástrofe humanitaria sin precedentes, y no se vislumbra un final a la vista.
La tragedia comenzó hace un mes, cuando los milicianos del grupo islamista Hamás asesinaron a más de 1,400 israelíes, la mayoría de ellos civiles, y tomaron a más de 240 rehenes. Desde entonces, la región ha estado sometida a ataques constantes por parte de Israel, que han resultado en más de 9,700 palestinos muertos en Gaza, incluyendo 4,000 niños. También se han reportado alrededor de 25,000 heridos en Gaza y más de 5,000 en Israel. Además, se contabilizan alrededor de un millón y medio de desplazados internos en la Franja de Gaza y 200,000 en Israel.
"Este ataque terrorista representa un punto de inflexión para Israel", declaró Miri Eisin, quien cuenta con más de 20 años en la Inteligencia militar israelí y dirige el Instituto Internacional de Contraterrorismo de Israel. "La masacre nos cambió completamente, tanto en cómo vemos a Hamás como en nuestro accionar militar. La destrucción de las capacidades de Hamás es la única alternativa y eso significa una campaña larga y dura", agrega.
Israel no ha vivido una guerra total a gran escala en 50 años"
Bombardeos en la franja de gaza durante 31 días consecutivos
Para debilitar a Hamás y retirar su influencia en Gaza, Israel no solo ha llevado a cabo una intensa campaña de bombardeos en el enclave durante 31 días consecutivos, sino que también ha desplegado un considerable contingente militar que, en menos de diez días, ha logrado cercar de manera efectiva la ciudad estratégica de Gaza y dividir la Franja en dos sectores, norte y sur.
Israel mismo ya ha admitido que esto va más allá de la autodefensa", comenta Tahani Mustafa, analista palestina del International Crisis Group, quien además denuncia que "los palestinos siguen siendo tratados como un problema a resolver y no como un pueblo con derechos y preocupaciones legítimos".
Varios organismos internacionales alertan sobre la violación de numerosos derechos en el transcurso del último mes, debido a los continuos ataques dirigidos a instalaciones civiles en Gaza, como centros educativos y de atención médica, junto con el estricto bloqueo impuesto por Israel tras el ataque de Hamás hace un mes. Este bloqueo ha restringido el acceso a elementos esenciales como agua, alimentos, electricidad, suministros médicos y combustible, entre otros recursos.
"Pasado un mes parecería que nadie ha aprendido nada y quienes tienen la oportunidad de reencauzar la situación no parecen interesados en hacerlo", considera Mustafa, quien cree además que lo único que ha dejado la guerra hasta el momento es "una catástrofe humanitaria gigante que aleja tanto el objetivo palestino de autodeterminación como el ideal israelí de seguridad".
El conflicto en Oriente Medio ha adquirido una dimensión regional significativa, con la propagación de la violencia desde Gaza hacia otras zonas. Esto incluye la frontera entre Israel y el Líbano, donde se han registrado más de 80 muertes en el último mes debido a intercambios de fuego intensos, que son los más graves desde la guerra con el grupo chií libanés Hizbulá en 2006.
Además, se han producido ataques hacia Israel desde Yemen y un aumento significativo de la violencia en Cisjordania ocupada, que ya estaba experimentando su año más violento desde la Segunda Intifada (2000-2005). Desde el 7 de octubre, han perdido la vida más de 150 palestinos y dos israelíes en esta área.
Las expertas consultadas descartan la posibilidad de un cese de hostilidades en un futuro cercano
Para Israel, la idea de un alto el fuego es irrelevante, lo único que podríamos considerar son pausas humanitarias", explica Eisin, que cree que la guerra con Hamás se puede prolongar durante meses debido a la decisión del Ejército de atacar por tierra en lugar de "eliminar" la Franja de Gaza desde el aire.
Según Mustafa, el Gobierno israelí, compuesto por facciones de orientación derechista, ultraderechista y ultraortodoxa, carece de la voluntad o la capacidad para reducir la intensidad del conflicto, y está utilizando esta coyuntura para perseguir metas políticas adicionales.