La madre de un niño de seis años que disparó a su profesora en Estados Unidos, hiriéndola en la mano, fue condenada a dos años de cárcel y no podrá ver al pequeño hasta que cumpla 18 años, indicó la cadena NBC News.
La mujer, Deha Taylor, afroamericana de 26 años, se enfrentaba a hasta seis años de prisión. Su condena comenzará cuando cumpla una anterior de 21 meses recibida el pasado noviembre por consumo de marihuana pese a poseer un arma, ilegal bajo la ley federal.
Según NBC News, las autoridades concluyeron que la maestra, Abigail Zwerner, fue disparada de forma intencional. El suceso tuvo lugar el pasado 6 de enero en la escuela de primaria Richneck, en Virginia, mientras la profesora estaba leyendo a sus alumnos.
"Nunca olvidaré cómo me miró mientras me apuntaba directamente", contó la víctima el pasado marzo a la cadena.
La bala le atravesó la mano izquierda, le rompió los huesos y se quedó incrustada en su pecho. Nadie más resultó herido, pero la mujer tuvo que someterse a múltiples operaciones y estuvo dos semanas ingresada en el hospital.
En la sesión de este viernes, la profesora afirmó que sufre ansiedad y depresión desde entonces y que se le han quitado las ganas de enseñar.
La mañana del disparo, según NBC News, la madre pensaba que su arma, una 9 milímetros, estaba en su bolso, encima de la cómoda de su dormitorio.
En la denuncia, Zwerner alegó que la dirección de la escuela había sido alertada "al menos tres veces" de que el alumno tenía un arma, que ese mismo día ella había informado de su comportamiento "violento" y de que había amenazado físicamente a un compañero de clase.
Otra profesora señaló que dos estudiantes dijeron haber visto la pistola en su mochila, pero cuando se le registraron sus cosas no encontraron nada, por lo que se descartó la idea de que pudiera tenerla.
La familia del niño, según el canal, había señalado que el pequeño tenía una "discapacidad aguda" y estaba recibiendo el tratamiento adecuado.
Tres meses después de lo sucedido, la profesora presentó una denuncia de 40 millones de dólares contra el colegio alegando que sus administradores no hicieron caso a las múltiples alertas del personal contra el niño.
La madre había comprado el arma de forma legal, pero no se ha llegado a especificar cómo la consiguió el niño o si estaba guardada de forma segura.