La Universidad de Harvard confirmó el cierre de sus oficinas dedicadas a brindar apoyo a estudiantes mujeres y a miembros de la comunidad LGBT+, en medio de una serie de reestructuraciones internas y tensiones con el expresidente Donald Trump, de 79 años.
Según el anuncio oficial, el personal de dichas oficinas será reubicado en otras áreas del campus, y los servicios que antes ofrecían seguirán disponibles bajo un nuevo modelo organizativo. La institución aseguró que la medida busca fortalecer un entorno más inclusivo y amplio.
"La nueva estructura está pensada para fomentar una comunidad donde personas de todos los orígenes, perspectivas y experiencias puedan aprender, crecer y prosperar", explicó el decano de estudiantes de Harvard en un comunicado.
Pese a esta postura institucional, algunos medios han interpretado la decisión como una respuesta directa a las presiones políticas ejercidas por Trump y sectores conservadores. El expresidente ha acusado en varias ocasiones a Harvard de promover una agenda ideológica sesgada, además de cuestionar sus políticas de diversidad, equidad e inclusión.
En uno de los episodios más recientes, Trump criticó a la universidad por presuntamente "ignorar los derechos de estudiantes judíos", lo que reavivó el debate nacional sobre el rol de las universidades en temas de representación, libertad de expresión y justicia social.
Aunque Harvard no ha vinculado públicamente la reestructuración con estas críticas, la coincidencia temporal ha generado cuestionamientos sobre si la institución está cediendo ante presiones externas para modificar sus políticas de diversidad.