WASHINGTON D.C. (1 de agosto de 2025) — El presidente Donald Trump despidió a Erika McEntarfer, comisionada designada por Biden al frente de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), luego de que se publicara un decepcionante informe de empleo correspondiente a julio que reportó solo 73,000 empleos generados, junto con revisiones negativas por 258,000 plazas de mayo y junio. Trump acusó sin pruebas al organismo de haber manipulado los datos con fines políticos.
Trump afirmó que los números fueron "rigged" (amañados) para perjudicar su imagen y la del Partido Republicano, sin presentar evidencia concreta. Como reemplazo interino fue nombrado el subcomisionado, William Wiatrowski.
El despido generó una ola inmediata de críticas. Economistas —incluyendo al exfuncionario Bill Beach y Michael Madowitz del Instituto Roosevelt— advirtieron que politizar estadísticas independientes podría dañar la credibilidad del sistema de datos federal. El líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, calificó el acto como "disparar al mensajero".
El reciente informe de empleo también mostró un ligero aumento en la tasa de desempleo, del orden del 4.2 %, y pérdidas en el sector manufacturero. En contraste, salud y asistencia social fueron los únicos rubros donde se observó crecimiento.
Expertos advierten que el despido, junto con el debilitamiento en la recopilación de datos —por menor tasa de respuesta en la encuesta y recortes de recursos— podría socavar la confianza en cifras clave para la política económica.
Además, se da en un contexto de alta tensión política: Trump enfrenta cuestionamientos por su intervención en la Reserva Federal, anuncio de nuevos aranceles, despliegue de submarinos nucleares, y recortes masivos en agencias federales a través del programa DOGE (Department of Government Efficiency)