La noche del lunes 18 de agosto, un comando armado abordó la plataforma petrolera Akal-R, operada por Petróleos Mexicanos (Pemex) en la Sonda de Campeche. El grupo, integrado por individuos con armas de fuego, logró ingresar a las instalaciones y sustrajo cerca de 50 equipos de respiración autónoma, fundamentales para la seguridad del personal de emergencia.
Según información de la propia empresa estatal, el ataque se registró alrededor de las 22:00 horas. A pesar de lo grave del incidente, no se reportaron heridos. Sin embargo, tres trabajadores presentaron crisis nerviosas, aunque ya se encuentran fuera de peligro.
La Secretaría de Marina intentó dar alcance a los responsables, pero estos lograron escapar. El caso fue turnado a la Fiscalía General de la República (FGR), donde ya se ha abierto una investigación tras la denuncia interpuesta por Pemex.
Ante esta situación, la empresa informó que reforzará las medidas de seguridad tanto en la plataforma afectada como en toda la zona marítima cercana, en coordinación con autoridades locales y federales. El objetivo es prevenir futuros ataques y garantizar la integridad del personal y las instalaciones.
Este incidente vuelve a poner sobre la mesa la vulnerabilidad de las infraestructuras estratégicas del país frente a actos delictivos en altamar.