La periodista Anabel Hernández lanzará una investigación titulada Las señoras del narco, amar en el infierno, donde reúne historias de mujeres que tuvieron intimidad con los capos del narco, siendo una de ellas, Celeste, ex pareja de Arturo Beltrán Leyva.
En este documento, la propia Celeste confirmó la existencia del infame "catalogó de televisa", un libro donde la televisora ofrecía la "compañia" de estrellas de la televisora a cambio de enormes sumas de dinero.
Antes de la revelación de Celeste, Kate del Castillo, aseguró en el documental, Cuando conocí al Chapo, la existencia de este catálogo, pero esto se manejó como un rumor.
Celeste relata que en el 2006, Arturo Beltrán Leyva buscaba crear un spa cerca de las instalaciones de Televisa esto con la intención de acercar a las actrices y cantantes con el traficante, esto con la ayuda de Violeta Vizcarra.
Celeste relata que fue allí donde vio el infame catalogó.
“En dicho catálogo se presentaban tarifas exorbitantes para contratar la compañía de estas celebridades (...) Fui con mi hermano a las oficinas de uno de los ejecutivos de apellido Burrillo, un joven de piel clara y ojos claros. Una de las secretarias nos mostró un catálogo, era un engargolado azul. Ahí estaban las celebridades, las mujeres de la televisora. Se ofrecía la compañía de ellas para comidas privadas. Decía ‘comida empresarial’ eso fue lo que yo leí”, se comenta en el libro.
En el texto de la periodista, Celeste afirma que la amplia mayoría de las actrices de Televisa estaban disponibles para una "comida", siendo Paty Navidad, la más cara de todas.
“Había muchas, muchas, casi todas las de Televisa. Pero la más cara y según me dijeron la mejor apadrinada de la empresa, con el contrato más alto, en ese momento era Paty Navidad: 700 mil pesos una comida de cinco horas”, comentó Celeste.
Celeste señalo que Arturo Beltrán Leyva no contrató a Paty Navidad, no porque no podía darse el lujo, si no porque se desconocía si la actriz le ofrecería servicios sexuales, al desconocer esto, Celeste decido no seguir con la idea del catálogo.
“No pude contactar a nadie que realmente me asegurara que si pagábamos esa cantidad sí iba a haber ‘fiesta’ (sexo), así que no me quise arriesgar. Por eso no avanzamos con el catálogo”, señaló.