La práctica arraigada del "recalentado" mexicano, donde los platos navideños vuelven a cobrar vida, es una experiencia culinaria repleta de sabores renovados. Sin embargo, expertos advierten sobre riesgos asociados a esta costumbre.
Este fenómeno, donde los platillos parecen intensificar su sabor con el tiempo, puede entrañar peligros sanitarios. El almacenamiento y manipulación inadecuados de los alimentos de las festividades decembrinas pueden provocar riesgos de intoxicación alimentaria.
Factores como la temperatura de almacenamiento, el enfriamiento lento, la posibilidad de contaminación cruzada y la resistencia de ciertas toxinas al calor del recalentamiento, representan riesgos para la salud al reutilizar los alimentos.
Para minimizar estos peligros, se recomienda enfriar rápidamente los alimentos después de servirlos, almacenarlos correctamente y asegurarse de recalentarlos a una temperatura interna segura para eliminar bacterias.
Además, se identifican ciertos platillos como arriesgados para ser recalentados, como las verduras de hoja verde, platos con crema o mayonesa, mariscos y el arroz, por su tendencia a albergar bacterias dañinas.
La tradición del recalentado, aunque apreciada por su sabor renovado, conlleva riesgos potenciales para la salud. La precaución en la manipulación y el consumo rápido de los alimentos restantes se convierte en una medida crucial para evitar riesgos alimentarios durante estas festividades.
El deleite de saborear los platillos navideños una vez más puede ser disfrutado con precaución, priorizando la higiene y la seguridad alimentaria para que el recalentado sea una experiencia placentera y sin consecuencias negativas para la salud.