“Es un situación que es de llamar la atención, todo se juntó para las jovencitas que de repente se quedaron sin trabajo, sin escuelas, donde el recurso económico empezó a escasear en casa al tiempo que empezaron a descubrir su sexualidad y ahí fue cuando se dieron cuenta que podría ganar dinero mostrando su cuerpo, y ahora con las redes sociales es incluso menos peligroso para ellas”, explicó la sexóloga Aurora de la Garza.
“No es un delito, no hay que victimizarlas ni señalarlas porque ahora hay más libertades, consciencia y espacios para ofertar la demanda de ese producto, que durante la pandemia creció, pero es una cuestión que deben tomar en cuenta las autoridades”, añadió.