CIUDAD DE MÉXICO 06-Feb-2025 .-El abogado defensor del condenado a muerte le informó: "No pude lograr que tu sentencia fuera conmutada, pero te conseguí una hora de gracia". "Está bien -se resignó el sujeto-. Que venga Gracia". Confieso que me resistía a escribir este cuentecillo, pues mi bisabuelita se llamaba Gracia. Mujer muy especial era ella. Católica devota, viuda ya, hacía que sus hijos acudieran todas las tardes al hogar materno a hacer con ella el rezo del rosario. Lo terminaba mamá Gracia con una oración, decía, "para que Dios nos libre de un mal parto". Alguno de los hijos protestaba: "¿Para qué nos hace usted rezar eso, mamá? Somos hombres. Es imposible que tengamos un parto". Respondía ella, terminante: "Usted cállese y rece. Para Dios no hay imposibles". Sus nueras comentaban por lo bajo que doña Gracia había usado siempre en la relación íntima con su marido "la sábana santa", un lienzo que antes de casarse bordó ella misma, guiada discretamente por su madre, con motivos -así se decía: "motivos"- de nardos y azucenas, emblemas de pureza y castidad. La mujer casada ponía sobre sí el tal lienzo en el momento del trato conyugal a fin evitar el pecaminoso contacto directo de su cuerpo con el del varón. La tela llevaba sólo una estratégica abertura para permitir la necesaria consumación del forzoso acto prescrito por la Iglesia para el cumplimiento del obligado mandato genésico ordenado por el Génesis: "Creced y multiplicaos". Pero advierto que estoy divagando, hábito que en mí ya es habitual. A lo que voy es a decir que entre los fervorosos partidarios de la 4T ha sido muy celebrado el hecho de que Trump nos otorgó graciosamente un mes de gracia antes de consumar su imposición arancelaria, y esa bondadosa concesión ha sido presentada como una gran victoria de la Presidenta Sheinbaum. Dudoso triunfo es ése, pienso, si la espada sigue pendiendo sobre nuestra cabeza, y más cuando el desaforado mandatario yanqui nos ha mostrado el amenazante big stick que el poderoso Tío Sam ha esgrimido desde que es Tío Sam. Dicha demostración la hizo Trump con el vuelo del avión espía sobre el mar que se ha llamado Bermejo, Golfo de Cortés o de California, y por la amenazante presencia frente a las costas mexicanas del portaviones "Nimitz", enorme navío cuya botadura fue causa de que se elevara casi un metro el nivel de todos los océanos del mundo. No festejemos esa aparente dádiva de Trump. La conducta del atrabiliario gringo es la de un loco desatado. A sus amenazas contra Canadá, México, Panamá y Groenlandia ha añadido ahora una desorbitada propuesta sobre Gaza cuya desmesura hace pensar que ha perdido por completo la racionalidad y el sentido de las cosas. Ninguna defensa tenemos que nos proteja del baladrón magnate, de cuya obcecación debemos esperar lo peor, incluso lo que ahora nos parece inconcebible. Me temo que ni siquiera será eficaz contra él la vehemente jaculatoria que mamá Gracia pronunciaba en momentos difíciles: "¡Cruz, cruz, que se vaya el diablo y venga Jesús!". En la suite nupcial el enamorado novio se encendió en pasión. Luego de preguntarle a su dulcinea: "¿De quién son estos ojitos lindos?". "¿De quién es esta boquita preciosa?". "¿De quién son esos cabellos de oro?", descendió a terrenos más terrenales y le preguntó: "¿De quién son estas pompas?". Ella, ruborosa, no contestó esa pregunta. La reiteró de nuevo el ardiente galán, y obtuvo el mismo silencio. Con impaciencia renovó la pregunta otra vez: "¿De quién son estas pompas?". En la habitación de al lado se escuchó la voz de un enojado tipo: "La persona que haya perdido unas pompas reclámelas en la administración, para ya poder dormir". FIN.