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Afortunados

Óscar Rodríguez
Por Óscar Rodríguez - 20 marzo, 2022 - 10:38 a.m.
Afortunados

Amables lectores, tengan ustedes un buen día.

Esta semana tuve la oportunidad de ver un video en el que aparece una joven de origen coreano que se emociona hasta las lágrimas al probar algunas frutas en nuestro país. Aparentemente le invadió la tristeza porque en su lugar de origen no tenía la posibilidad de disfrutar de esta variedad de sabores por tan poco dinero.

Algunas semanas antes me había tocado ver otro video similar, pero éste se trataba de un joven de origen alemán que se conmovió hasta el llanto luego de probar unos tacos en Guadalajara. Y es que la variedad, sabor y precio por el que se pueden adquirir los alimentos en nuestro país es algo que en muchos otros lugares del mundo simplemente no es posible. Y eso es solamente en el tema de la comida.

Pero si le damos un repaso a muchos otros aspectos de la vida diaria, sin duda que los habitantes de este hermoso país podemos considerarnos muy afortunados.

A partir del inicio del encierro al que nos ha obligado la actual situación de contingencia, he podido ver la manera en la que algunos “youtubers” expresan su admiración por México. Ciudadanos de muy diferentes nacionalidades, desde norteamericanos, españoles, coreanos, venezolanos, cubanos y hasta rusos se manifiestan sorprendidos no solamente por la belleza de los paisajes con los que la naturaleza se ha encargado de adornar nuestro territorio, sino también por las magníficas edificaciones que han elaborado los habitantes de las distintas partes de nuestra historia. Y si a eso le añadimos la amabilidad característica de los mexicanos y la ya antes mencionada variedad de nuestra gastronomía y nuestra proclividad al jolgorio se completa una combinación que no muchos otros países podrían superar.

Pero como sucede con mucha frecuencia: la costumbre pule lo sobresaliente y a veces es necesario que alguien ajeno nos haga alguna observación.

Hace ya varias décadas me comentaron acerca de una casa muy extravagante ubicada en la ciudad de Tijuana. Se trata de una escultura con la figura de una mujer, la cual fue realizada por un artista autodidacta utilizando para ello solamente recursos propios. El resultado es sin duda sorprendente: la llamada “Casa de la Mona”, que es una estatua femenina de casi dieciocho metros de altura que destaca sobre la hilera de casas vecinas y cuyo interior fue habilitado para albergar una cocina, un baño, una recámara y un despacho.

Según la persona que me platicó acerca de esta insólita edificación, acudió a conocerla acompañado de un ciudadano norteamericano quien se sorprendió de que no se explotara comercialmente refiriendo que algo así en su país seguramente ya estaría siendo aprovechado para la venta de llaveros, platos, tazas, camisetas, gorras y toda la parafernalia que se aplica en estos casos. Para muestra, un par de ejemplos.

Primero. Recién terminada la Segunda Guerra Mundial, un granjero de Fruita, Colorado quiso decapitar un pollo a fin de que su esposa lo cocinara, sin embargo el hachazo propinado para tal efecto dejó gran parte del cerebro del animal intacto, de manera que el cuerpo seguía moviéndose a pesar de haber perdido gran parte de la cabeza.

El animalito se convirtió en una atracción de estilo circense al que le era suministrado el alimento directamente en el esófago. Así sobrevivió por algún tiempo y como resultado de este accidente, en el pueblo mencionado se celebra el primer fin de semana de junio el festival anual del pollo sin cabeza.

Segundo. En 1947 un objeto desconocido supuestamente se estrelló en Roswell, Nuevo México. Desde los primeros reportes se mencionaba la posible recuperación tanto de la nave de origen extraterrestre como de su tripulación.

Aunque oficialmente el gobierno de los Estados Unidos ha negado tales afirmaciones, hay testimonios en sentido contrario de voces que incluyen hasta al astronauta Edgar Mitchell, quien formó parte de la misión Apolo 14.

Al final de cuentas, poco importa si las afirmaciones de uno u otro lado son genuinas. La realidad actual es que el próximo julio se celebrará el Festival UFO de Roswell y este año será especial ya que se cumplen tres cuartos de siglo del supuesto incidente.

Pero volviendo al tema de que la costumbre hace ver como ordinario lo que tal vez no lo sea tanto, esto me hizo recordar que sobre la calle de Ciudad Frontera llamada actualmente Francisco I. Madero y que anteriormente se llamaba Internacional, había una peluquería de la que yo era cliente habitual. Con el paso del tiempo, el negocio se trasladó a la calle Almadén y todavía estaba allí cuando un buen día apareció una noticia en los periódicos locales de la época: el peluquero principal y dueño de la barbería había ganado un concurso nacional. A partir de entonces, el negocio pasó a ubicarse en Monclova y tengo entendido que con bastante éxito. Es decir, que durante aproximadamente una década la mayoría de las veces que me corté el pelo lo hice con el que en un momento fue declarado el mejor peluquero del país sin percatarme de ello.

¿Es siempre necesario que algo o alguien reciban un reconocimiento en otro lado o de otras personas para darnos cuenta de lo que tenemos a nuestra disposición? Creo que sería conveniente aquilatar la fortuna que representan nuestros familiares, maestros, amigos y compañeros en nuestra vida diaria sin que sea necesario que resulten ganadores de concurso alguno.

Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.

Que tengan ustedes una excelente semana.

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