Amables lectores, tengan ustedes un buen día.
Hemos llegado al primer fin de semana largo del año.
Hasta hace relativamente poco, el festejo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se llevaba a cabo de manera fija los días 5 de febrero, pero eso cambió debido a la muy mexicana afición a las celebraciones prolongadas que provocaba que muchas veces cuando un día de asueto caía en martes o jueves se extendiera el descanso para que incluyera el lunes o el viernes respectivamente. Esta práctica era conocida como “hacer puente”.
Por cierto, un paréntesis. Siempre me ha llamado la atención que en nuestro idioma el género de algunos sustantivos es bastante caprichoso. En el caso de “fuente” y “puente” como salta a la vista la terminación es idéntica, pero el puente es masculino y la fuente es femenino. Y esto en una época en la que cada vez es más frecuente escuchar expresiones como “las y los diputados” no es asunto menor.
Aparentemente, esta disparidad se debe a que en el latín existían (¿existen?) tres géneros mientras que en el castellano solamente dos. Las palabras latinas para referirse a “fuente” y “puente” no tenían género pero al pasar al castellano tuvieron que adoptar uno. Se dice que en el “Cantar del Mío Cid” se hace referencia a un puente utilizando el género femenino.
Esto último me hizo recordar una práctica más o menos común hasta hace algunos años. Cuando se adquiría algún aparato eléctrico en el extranjero y éste tenía una clavija de tres contactos que no se podía conectar directamente en el tomacorrientes instalado se procedía a eliminar el elemento metálico que imposibilitaba la conexión y listo. Asunto arreglado. No era tal vez la mejor solución pero funcionaba.
Pero volviendo al asueto. Para un país como el nuestro resultaba demasiado lujo disponer de tantos días de descanso. Esa fue la razón por la que el festivo del 5 de febrero se trasladó al primer lunes del mes. Los festivos correspondientes al 21 de marzo y al 20 de noviembre corrieron con la misma suerte: se celebran en un lunes cercano a la fecha en cuestión.
Bien. Estamos conmemorando la promulgación de la Constitución del 5 de febrero de 1917 en Querétaro. Pero llegamos a 2022 y esta vez las noticias más sobresalientes vienen desde el otro lado del mundo: Ucrania.
En los últimos días se han llevado a cabo desplazamientos de tropas de Rusia hacia la frontera con Ucrania. El dirigente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano Bob Menéndez advirtió que en caso necesario, tanto los Estados Unidos como el Reino Unido aplicarán represalias económicas contra Rusia como nunca se han visto. De hecho, describió el paquete de acciones que se está preparando como “la madre de todas las sanciones”.
Esta frase me trajo a la memoria otra bastante parecida pero realizada hace ya más de tres décadas por el dirigente iraquí Sadam Hussein quien un poco antes de la llamada “Guerra del Golfo” amenazó a los Estados Unidos y países que los acompañaban subrayando que en caso de querer liberar a Kuwait de Irak, se llevaría a cabo “la madre de todas las batallas”.
La Ucrania actual es un país formado a partir de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, hace un poco más de treinta años. Tiene una superficie en números cerrados de 600,000 kilómetros cuadrados (aproximadamente cuatro veces el tamaño de Coahuila). Su población estimada es de unos 42 millones de habitantes. Su capital es la ciudad de Kiev.
Kiev celebró oficialmente los 1,500 años de su fundación en mayo de 1982, sin embargo no hay una prueba de que esta fecha sea la correcta. Poco después del año 800 de nuestra era se estableció como gobernante Oleg de Nóvgorod quien la eligió como La Madre de las Ciudades Rutenas (otra versión de la dichosa frasesita, esta vez para referirse a la ciudad capital). El territorio dominado se conoció como el Rus de Kiev, y sus habitantes eran llamados rutenos o rúsychi. Esta era la Rusia original e incluía a las ciudades de Moscú y Minsk, capital de la actual Bielorrusia.
En 1240, Kiev sufrió la invasión de los mongoles quienes llevaron a cabo la destrucción de la ciudad que por ese tiempo era una de las más grandes de Europa con una población estimada en más de cien mil personas.
En historia más reciente, al finalizar la Primera Guerra Mundial y luego de la desintegración del Imperio Austro-Húngaro hubo un período de inestabilidad que concluyó en diciembre de 1922 cuando Ucrania quedó integrada a la URSS. A fines de esa década las medidas adoptadas por el gobierno para la asignación de tierras y el ganado así como la industrialización provocaron una hambruna (episodio conocido históricamente como “Holodomor” u “Holocausto ucraniano”) que provocó la muerte de unos cuatro millones de personas.
A la muerte de Stalin y bajo los gobiernos soviéticos de Nikita Kruszhev y Leonid Brezhnev, Ucrania se convirtió en líder de la producción industrial europea, además de un importante centro de la industria armamentística y de la investigación de alta tecnología. De hecho, uno de los accidentes más graves relacionados con plantas de energía atómica en toda la historia ocurrió en territorio ucraniano: en Chernóbil en 1986.
Veremos qué sucede en las próximas semanas en aquella región.
Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.
Que tengan ustedes una excelente semana.