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Opinión

El cuatro de julio

Óscar Rodríguez
Por Óscar Rodríguez - 10 julio, 2022 - 10:27 a.m.
El cuatro de julio

Amables lectores, tengan ustedes un buen día.

Hace unos días se cumplió un aniversario más de la declaración de independencia de los Estados Unidos de América: el número doscientos cuarenta y seis.

Los orígenes de los nombres de los países que actualmente conforman lo que se llama “el concierto de las naciones” son algunas veces rebuscados y extravagantes. Desde Bolivia (en honor a Simón Bolívar) hasta Colombia (en honor a Cristóbal Colón) pasando por España (tierra de conejos), Venezuela (pequeña Venecia) y llegando hasta México (el lugar que está en el ombligo de la luna)… aunque este último es un tanto discutible. Pero los Estados Unidos de América más que un nombre se trata de una descripción. 

Al igual que Sudáfrica, la República Centroafricana o los ahora llamados Países Bajos su nombre es más bien la mención de una característica sobresaliente del país. Bueno, visto así Austria (Österreich en alemán) también tendría ese distintivo ya que es el reino del Este, es decir el oriente de Alemania.

La declaración de la independencia de los Estados Unidos vino a darse algunos años después de lo que algunas personas consideran el primer conflicto de escala mundial: la Guerra de los Siete Años. Durante la década de los 1750’s surgió un conflicto entre Austria y Prusia. Como ambos países tenían alianzas con otras naciones europeas y el equilibrio entre las potencias colonialistas era bastante frágil, el asunto escaló en poco tiempo y se propagó hasta los territorios de ultramar.

Se vieron involucrados por un lado Gran Bretaña, Portugal y Prusia mientras que por el lado contrario estuvieron Francia, Austria, Rusia, España, Suecia-Finlandia y algunos reinos de lo que ahora es Italia.

La guerra concluyó en 1763 y la victoria correspondió a Gran Bretaña y sus aliados, aunque los esfuerzos llevados a cabo en las operaciones militares en Europa, Norteamérica, Sudamérica y hasta en la India y Filipinas dejaron al gobierno británico en una situación económica un tanto apurada. Parte de la solución: cobrar una serie de impuestos a los habitantes de las trece colonias. Esto generó un gran descontento entre la población que a partir de allí empezó a considerar la emancipación de la Gran Bretaña.

En 1773 ocurrió un incidente en el que un grupo de colonos disfrazados de indios capturaron las tripulaciones de unos barcos británicos que habían atracado (en el sentido marítimo de la palabra) en Boston y tiraron por la borda cajas que contenían té. Al año siguiente se llevó a cabo el Primer Congreso Continental, en el que se planteaba una patria independiente del gobierno británico.

En abril de 1775 ocurrió un enfrentamiento entre un grupo de soldados británicos y unos colonos en la ciudad de Concord, Massachusetts. Ahora sí, había comenzado la guerra. En el mes de mayo se reunió un Segundo Congreso Continental que empezó a funcionar como un gobierno nacional.

El dos de julio de 1776 el Congreso resolvió que las colonias tenían el derecho a ser estados libres y soberanos. Un par de días después se firmó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, redactada por Thomas Jefferson y un grupo de colaboradores.

La declaración afirmaba que todos los hombres nacen iguales y poseen derechos inalienables como a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad. Curioso que el principal redactor de este documento tuvo en algún momento de su vida más de quinientos esclavos, pero esa es otra historia.

Por cierto, en algún libro que leí hace ya bastante tiempo se enfatizaba lo oportuno que el momento histórico en que ocurrió la insurrección de las trece colonias resultó al coincidir con la limitante económica del gobierno inglés y el reciente descubrimiento de Australia, llevado a cabo por el capitán James Cook en 1770 a bordo del “Endeavour”. La corona británica podría destinar recursos para contener a los colonos de Norteamérica o para convertir los territorios de Oceanía en una colonia penal. Pero no podía con ambas empresas al mismo tiempo. Además, Francia y España apoyaron a los rebeldes quienes a final de cuentas lograron ganar la guerra. Los acuerdos de paz se firmaron en París en septiembre de 1783.

Fue hasta 1787 que se realizó una reunión de representantes de las antiguas colonias en Filadelfia a fin de redactar una constitución. El resultado fue la creación de un sistema de gobierno con un presidente y dos cámaras (una de representantes y el senado) que se ha mantenido desde entonces y que ha sido adoptado por una buena cantidad de países.

Así ocurrió el nacimiento de una de las potencias mundiales de la actualidad hace ya casi un cuarto de milenio. El crecimiento que ha experimentado ha sido notable. Las trece colonias se han convertido en cincuenta estados (por cierto, en su bandera las trece franjas horizontales representan las colonias originales y las estrellas representan los estados).

Con el aprovechamiento de sus recursos naturales y el desarrollo de innovaciones tecnológicas, científicas y administrativas creo que es el país que marca como ningún otro el paso en el estilo de vida moderna en la mayor parte del mundo. Desde Hollywood hasta el Superbowl, desde la exploración del espacio y la comunicación vía satélite hasta la comida rápida, desde la Serie Mundial hasta el mayor arsenal nuclear.

Se dice que muchos países exportadores quisieran compartir aunque fuera una pequeña frontera con los Estados Unidos. Hasta en eso podemos considerarnos afortunados.

Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.

Que tengan ustedes una excelente semana.

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