Amables lectores, tengan ustedes un buen día.
La actual moneda de diez pesos entró en circulación el 9 de octubre de 1997 de acuerdo con la información del Banco de México. En la parte central de su reverso se puede apreciar la figura que corresponde al círculo de la Piedra del Sol que representa a Tonatiuh con la máscara de fuego. Los cuatro cuadros que rodean el rostro del dios del sol constituyen los cuatro soles que antecedieron a Tonatiuh.
El cuadro superior del lado derecho representa al sol de la primera era la cual terminó tras 676 años y cuyos primeros habitantes fueron devorados por jaguares. El cuadro superior del lado izquierdo se refiere al segundo sol que tuvo una duración de 364 años y que terminó con fuertes vientos. Los sobrevivientes de esta era fueron convertidos en monos. El cuadro inferior del lado izquierdo representa al tercer sol, que tuvo una duración de 312 años y que terminó con una lluvia de fuego. Los pocos sobrevivientes fueron convertidos en guajolotes. El cuadro inferior derecho se refiere al cuarto sol que duró 676 años y que terminó con lluvias abundantes. Los habitantes que no murieron se convirtieron en peces. Nótese que la duración de los diferentes soles siempre es múltiplo de 52 años (que es la duración del “siglo azteca”). Mucha de esta interpretación data de un documento de mediados del siglo XVI, de modo que cuando se publicó se enfatizaba que el actual astro rey es el Quinto Sol.
En estos días se cumplieron treinta y dos años de un extraordinario eclipse solar que pudo ser apreciado en gran parte del territorio nacional. En ese tiempo, en algunos lugares se publicó algo así como “el nacimiento del sexto sol”. La sombra de la luna oscureció al menos parcialmente la totalidad del territorio nacional y la banda de la sombra total pasó por encima de La Paz, Tepic, Guadalajara, León, Querétaro, la Ciudad de México, Cuernavaca, Puebla, Oaxaca y Tuxtla Gutiérrez, entre muchas otras ciudades. El ancho de la banda de sombra total era de aproximadamente doscientos kilómetros.
Para poder apreciar lo extraordinario del evento podemos hacer un ejercicio valiéndonos de una representación a escala. La inmensa mayoría de los habitantes de México tenemos al menos una idea aproximada de la extensión territorial de nuestro extenso país. La superficie total se aproxima a los dos millones de kilómetros cuadrados. Desde el extremo de la frontera de Tijuana con los Estados Unidos a la frontera de Chiapas con Guatemala tiene una longitud de poco más de 3,210 kilómetros. Y de Tijuana a Cozumel son poco menos de 3,290 kilómetros.
Ahora imaginemos que haremos una representación a escala en la que el recorrido de nuestro planeta alrededor del Sol sea no una elipse sino un círculo que abarque a todo México. Para empezar, ¿cuál será el centro del círculo?
Diversos lugares han sido señalados como el centro geográfico del país, entre ellos Tequisquiapan, el Cerro del Cubilete, Aguascalientes y Ojuelos. Si dibujamos un rectángulo que abarque a la República Mexicana y luego trazamos unas líneas que unan las esquinas de ese cuadrilátero, el centro quedará ubicado en el estado de Zacatecas, no muy lejos de Río Grande, de modo que ya tenemos el lugar en donde se ubicará nuestro sol (que por cierto tendrá un diámetro de 15.7 kilómetros).
Mercurio será un objeto de unos 55 metros de diámetro que orbitará alrededor del sol en una trayectoria elíptica bastante excéntrica, con una distancia mínima de unos 260 kilómetros del lugar del sol y una máxima de unos 390 kilómetros.
Venus será un cuerpo de más de 135 metros de diámetro y su trayectoria semicircular abarcará casi todo el territorio nacional excepto el extremo noroeste de Sonora y la parte norte de Baja California en el extremo noroeste así como la península de Yucatán, parte de Tabasco y casi todo Chiapas en el extremo sureste.
Nuestro planeta se representará por una esfera (para no ser tan precisos) de unos 143 metros de diámetro y su órbita como ya dijimos abarcará desde Tijuana hasta Cozumel. Dentro de esta esfera nuestro país mediría un poco menos de 38 metros al marcar la distancia de Tijuana a Cozumel.
Para representar a Marte se necesitaría una esfera de unos 76 metros de diámetro y su órbita abarcaría la mayoría de los 48 estados continentales de los Estados Unidos, todo México y gran parte de Centroamérica.
La Luna tendría un diámetro de unos 39 metros y se ubicaría a unos 4.3 kilómetros de la Tierra (es decir, dentro del área metropolitana de Tijuana). ¡Listo! Ya tenemos una representación aproximada a escala de algunos de los elementos integrantes de nuestro sistema solar.
Ahora bien, si el Sol, la Tierra y la Luna estuvieran en un mismo plano (como las bolas de billar en una mesa) tendríamos un par de eclipses (uno de sol y uno de luna) cada mes, pero la esfera de la luna a veces está encima y a veces está debajo de la “mesa” en la que se mueven la Tierra y el Sol. Es por ello que la ocurrencia de los eclipses es menos frecuente.
Pero el próximo 8 de abril de 2024 ocurrirá un eclipse total de sol que será visible en Mazatlán, Durango, Torreón, Cuatro Ciénegas, Monclova, la región carbonífera, Piedras Negras y Acuña. Luego seguirá por territorio de los Estados Unidos y finalmente llegará hasta Canadá.
Esperemos que no sea un día nublado.
Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.
Que tengan ustedes una excelente semana.
