Amables lectores, tengan ustedes un buen día.
En la vida moderna es inevitable encontrarse con las cifras. Una "cifra" es cualquier número dígito y un número puede tener varias cifras. Cuando, por algún motivo se envía un mensaje secreto, es necesario que el destinatario conozca la clave adecuada para "descifrar" el recado. El origen de esta palabra es el vocablo árabe "sifr" que corresponde al cero.
Gracias al uso de las cifras podemos tener, por ejemplo, una descripción bastante exacta de diversos aspectos del cuerpo de una persona, desde la edad, el peso y la estatura hasta indicadores de salud como el nivel de azúcar en la sangre. El uso de los números también nos permite tener una idea del crecimiento esperado en el Producto Interno Bruto de un país o el promedio de bateo de los integrantes de un equipo de béisbol.
En la actualidad aún existen algunos grupos socioculturales como los Warlpiri de Australia que utilizan las palabras "tjinta" para el número uno y "tjirama" para el número dos. A partir del tres, este grupo utiliza los vocablos "wirkadu" para referirse a "varios" y "panu" que significa "muchos". Caso similar es el de la tribu Puri de Brasil quienes utilizas "omi" y "curiri" para los primeros dos números y "prica" para expresar "muchos".
En idiomas como el castellano tenemos la fortuna de contar con las palabras suficientes para poder expresar las cantidades con una mayor exactitud. La Oficina Internacional de Pesas y Medidas ha establecido los prefijos que han de utilizarse para facilitar la expresión de múltiplos (aquí se utilizan los prefijos griegos), estos son: deca, hecto y kilo para diez, cien y mil. Luego vienen mega, giga y tera para un millón, mil millones y un billón. Peta, exa y zetta son los siguientes que corresponden a mil billones, un trillón y mil trillones. Yotta, ronna y quetta completan la parte superior del cuadro y se refieren a un cuatrillón, mil cuatrillones y un quintillón (este último número es un uno seguido de treinta ceros).
Para los submúltiplos se utilizan los prefijos latinos que son: deci, centi y mili para la décima, centésima y milésima partes. Micro, nano y pico se utilizan para la millonésima, la milmillonésima y la billonésima partes respectivamente. El resto del cuadro está formado por femto, atto, zepto, yocto, ronto y quecto que sirven para referirse a las partes que van cada tres ceros desde la milbillonésima hasta la quintillonésima (este último número se escribe con un cero, un punto decimal, veintinueve ceros y un uno).
En el libro titulado "De los números y su historia", Isaac Asimov menciona que "Teniendo en cuenta todos los objetos, la gama de pesos que va desde el electrón hasta el valor de la masa total del universo conocido cubre 83 órdenes de magnitud. En otras palabras, harían falta 10 elevado a la potencia 83 electrones para formar un conjunto que iguale en peso a todo el universo conocido". Nota: este libro fue escrito a mediados de la década de los 70´s del siglo pasado, de modo que algunas de las cifras tal vez ahora tengan una estimación diferente. Y en caso de hacer falta, todavía tenemos al "Gúgol" que en su idioma original es Googol (origen del nombre del conocido sitio de internet "Google") y que se refiere al número 1 seguido de cien ceros. El nombre de Gúgol fue ideado en 1920 por un niño, sobrino del matemático norteamericano Edward Kasner.
Y aunque las matemáticas muy frecuentemente son complicadas o aburridas, también han dado origen a pasatiempos conocidos como el "Rompecabezas del 15", inventado por Sam Loyd en 1878. Este juego consiste en un cuadro que contiene quince pequeños bloques cuadrados numerados del 1 al 15. Según una fuente, el número de combinaciones posibles de este juego es de casi veintiún billones y tenía una popularidad tal, que los patrones tuvieron que amenazar a sus trabajadores para evitar que jugaran en horas de trabajo. Según un periodista francés de la época, el "Jeu de Taquin" era peor que el tabaco y el alcohol.
Un poco más de un siglo después apareció el "Cubo de Rubik", que también se convirtió en un pasatiempo bastante popular. La cantidad de combinaciones diferentes de este juguete supera los 43 trillones. Con la tecnología disponible a principios de los 80´s del siglo pasado se llevaban a cabo concursos que eran transmitidos por televisión, lo que ayudó a que el juguete se mantuviera en el mercado con gran éxito durante varios años. Se estima que se llegaron a vender unos trescientos cincuenta millones de cubos mundialmente. Su inventor, Ernö Rubik fue de los poquísimos habitantes de los países del Pacto de Varsovia que se hicieron millonarios, es decir que su cuenta en el banco tiene más de seis cifras.
Me quedan algunas otras cosas que quisiera comentarles, pero eso será la próxima vez.
Que tengan ustedes una excelente semana.
