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Opinión

La historia no los absolverá

La historia no los absolverá

Marcos Durán Flores
Por Marcos Durán Flores - 02 mayo, 2025 - 07:23 p.m.
La historia no los absolverá

Lo confieso, a muchos entre los que me incluyo, la Revolución Cubana nos hizo un día soñar que un mundo mejor y más justo era posible. Que, al fin, el socialismo triunfaba y que, como dijera Salvador Allende, "De nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor".

El aparato propagandístico del régimen cubano era magnífico y se apoyaba en las imágenes, las frases como "Hasta la victoria siempre" y la personalidad y el magnetismo de Fidel y, detrás de él, las figuras inspiradoras de los míticos guerrilleros Camilo y el "Che".

Las causas cubanas eran inmejorables: la defensa en contra del atropello del monstruo capitalista, en una lucha desigual que se antojaba imposible y que ganó muchos adeptos en el mundo. La dignidad de una pequeña nación no tenía precio.

Así inició la inspiradora Revolución Cubana con Fidel, cuyo carisma, primeras decisiones y férrea defensa ante los Estados Unidos hicieron soñar a muchos. Se creó una especie de cubano filia, la aceptación a todo lo que significara la Revolución sin importar sus fallas y pecados.

Lo que criticábamos aquí y en otros lados del mundo, lo callábamos o aceptábamos en Cuba. ¿Violaciones a los derechos humanos? Son los norteamericanos quienes difunden esos rumores. ¿Ausencia de libertades? Tengan paciencia, pues en Cuba se construye una nueva opción humanista para combatir al capitalismo exacerbado. Las libertades las veremos después, hoy están trabajando para tener una distribución equitativa del ingreso como herramienta para mejorar las condiciones de desigualdad imperantes. La liberación del hombre por el mismo hombre.

Pero al final nada fue así. Y es que son hombres sedientos de poder los que han gobernado Cuba, los mismos cuya revolución socialista derrocó a Fulgencio Batista, que duró 11 años como presidente de Cuba; se han perpetuado en el poder con un gobierno monolítico ejercido por Fidel, Raúl y ahora Miguel Díaz-Canel. Solo tres presidentes de Cuba en 66 años de la "Revolución". Hoy, la isla vive una grave crisis económica y política. Apagones, principios de hambruna y un totalitarismo que ha proscrito la crítica y encarcelado a opositores. Jamás se dio paso a una democracia real.

La ansiada igualdad llegó, ahora todos son pobres. La pobreza jamás cedió terreno, como tampoco lo hizo la codicia humana. La única realidad es que la igualdad de oportunidades y la satisfacción de las necesidades como condición básica de la justicia social a favor del hombre, se han enfrentado tanto en los regímenes socialistas como capitalistas con un solo enemigo: el propio hombre.

A eso habría que sumar episodios como la fallida exportación de la revolución en Angola y Bolivia y la muerte de Ernesto Guevara. Y aunque nadie pone en duda los saldos positivos de su revolución, como son la educación y la salud, de poco sirven si la gente poco puede hacer con esa educación y si no existe la libertad de poder comprar medicinas. Pero nada es para siempre, mas temprano que tarde el pueblo cubano se liberará de esa larga noche.

Respecto a las revoluciones, el escritor argentino Adolfo Bioy las había descrito como un movimiento que ilusiona a muchos, desilusiona a más, incomoda a casi todos y enriquece extraordinariamente a unos pocos. El escritor se quejaba de esos "supuestos socialistas" que levantan el puño izquierdo como pose para la foto, como hacían o hacen algunos supuestos defensores de libertades, mismas libertades que después no respetan.

Esos que con la otra mano, la derecha, cobran las comodidades que les proveen los negocios turbios y corruptos, producto de un capitalismo rampante y abusivo y que se entregan a un mundo de privilegios.

Mi abuelo José Guadalupe Durán, uno de los fundadores del partido comunista en México y de quien lamento no haber heredado su valor y coraje, murió decepcionado de Castro y del socialismo. Lamentaba la falta de libertades, la intolerancia, corrupción y opulencia de sus dirigentes que, como siempre sucede, terminaron haciendo lo que tanto combatieron: Se eternizaron y corrompieron en el poder. Hoy, nadie puede decir que a los Castro y compañía la historia los absolverá.

@marcosduranfl

 

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