Como parte del desarrollo de los niños en las primeras etapas de su vida es experimentar, conocer, descubrir el mundo que les rodea es decir en todo su entorno existe siempre algo por aprender y realizar.
La mayoría de los niños por naturaleza poseen mucha energía y curiosidad por descubrir es decir son muy activos y les gusta realizar constantemente actividades en movimiento, actividades físicas donde puedan interactuar, descargar sus emociones, frustraciones y tensiones.
En ocasiones sabemos que no es nada fácil para ellos controlar sus enojos, emociones o temperamentos, y lo que sucede es que pierden la manera de autocontrol, paciencia y tolerancia por lo que no logran controlar sus emociones y conductas inquietantes.
Veamos a continuación estos sencillos consejos.
Propiciar actividades donde el niño permanezca atento y tranquilo
Crear espacios y tiempos donde el niño pueda realizar actividades tranquilas logrando tener periodos atentivos pueden ser: juegos de rompecabezas, cuenta cuentos, lecturas de algún tema de interés, juegos de mesa, juegos de crear y armar lo que se lograra es ir creando hábitos que requiera manejar los impulsos a periodos de tranquilidad y concentración.
Ejercicios de respiración.
Practicar con los niños los ejercicios de respiración, le da la oportunidad de tener activada su conciencia en cuanto a la conducta del momento. Cuando el niño este en medio de una rabieta, coraje, berrinche puede ser un momento exacto de hacerlo tomar aire por la nariz y expulsarlo por la boca eso le aportará control para reducir el coraje y poder sobrellevar mejor la situación por la que está teniendo dificultad para controlar.
Realizar actividades físicas o algún deporte.
A los niños les encanta realizar actividades al aire libre por lo que podemos buscar alguna actividad con la que pueda descargar su tensión. Entre más actividades físicas tenga durante el día el niño podrá canalizar esa energía e inquietud puede ser pasear en bici, ir a un parque, un deporte y actividades que sean de su mayor interés.
Proporcionar espacios tranquilos
Es de suma importancia crear ambientes tranquilos y de calma para disminuir la tensión, ansiedad y angustia en los niños para que ellos puedan mantener controlado sus emociones y energía.
Crear hábitos, rutinas y conductas.
Reforzar y crear buenos hábitos como: cepillarse los dientes, organizar sus juguetes, ayudar en alguna tarea de casa, lavar sus manos, organizar sus cosas personales les ayuda a los niños mantenerse en calma, motivados y ocupados.
De igual importancia es incentivar y motivar a los niños a terminar sus tareas o actividades ya que su inquietud y mucha energía no se los permite.
Como padres y educadores es importante entrar en el mundo de los niños y tratar de comprender, que el hecho de que el niño sea inquieto es algo que no pueden controlar o evitar, lo importante aquí es ayudarlos a que ellos mismos sean capaces de canalizar esas emociones.
Sigamos fomentando con paciencia y entusiasmo actividades y ambientes donde los niños puedan lograr su mayor desempeño en todas las áreas formativas.