“Desintegración familiar, después de que muere un miembro importante.”
“Los lazos familiares nunca caducan, quien niega a su familia, se niega así mismo”.
La base de nuestra sociedad es la familia, sin ella no habría vida en el mundo.
Cuando un miembro importante muere ya sea un padre, madre, abuelo o abuela, los que quedan ya no vuelven a frecuentarse. Es triste, ver qué en ocasiones solo se vuelven a reunir, cuando pelean bienes o herencias. Psicológicamente la separación se puede dar porque muy en el fondo, hay sentimientos de recelo o resentimientos, quizá porque el familiar fallecido, inclinó su atención y confianza por los que siempre estuvieron con el(ella) a su cuidado y asistencia. Cómo seres humanos, somos complejos pues nunca vamos a reconocer que el valor moral pesa más, qué cualquier bien material. No entendemos qué debemos perdonar y prevalecer la unión familiar.
Muchos tienen la idea errónea, de que muere el patriarcado y con el, el parentesco.
¡No seas insensible! Los lazos familiares siguen su curso aún después de la muerte, piensa, como tú padre o madre le hubiera gustado ver a su familia posterior a su deceso, preocúpate por tus tíos, primos, sobrinos. Una familia unida es un regalo qué no tiene precio, generaciones tras generaciones nos han demostrado en la historia universal, qué la unión familiar es lo que hace al mundo, la indiferencia nos mata emocionalmente, estamos tan afanados en nuestro diario vivir qué nos justificamos en decir “ No tengo tiempo” pero si fallece alguien, dejamos todo por ir a ver a un cuerpo sin vida, qué en su momento, anhelaba qué lo visitarán.
El egoísmo y la ambición de heredar por el derecho de ser, nos ciega y olvidamos qué los bienes materiales pasan de mano en mano al paso de los años, pero el amor y la unidad prevalece en las siguientes generaciones. Se más humano y déjate de hipocresías, nada eres y simplemente nada te llevarás.
Lic. Sergio Canizalez Ibarra psicólogo general, citas previas al WhatsApp 8662394782.