“Todo se va, todo se muere a medida que se avanza en el camino del mundo, se van dejando pedazos del corazón sobre la fosa de cada uno de los seres queridos que nos dejaron para siempre...”
En Monclova una epidemia bastó para poner en evidencia años de simulación.
A la Clínica 7 del IMSS jamás se aterrizaron las promesas de inversión que tantas veces anunciaron como un hecho, alcaldes, diputados y senadores.
El ‘virus’ de la corrupción tienen hoy de rodillas al principal hospital de la región y a sus trabajadores, este virus resultó
implacable contra la simulación.
Aquí no hay promesas que valgan, ni ‘mejoralitos’, trabajadores del sector salud y derechohabientes siguen cayendo uno a uno, la Clínica es obsoleta desde hace más de 20 años.
Con el escándalo de contagios, las promesas de inversión regresan; lo que no pudieron hacer en su momento políticos y gobernantes, lo provocará una pandemia.
Nadie pensaría que Monclova sería el epicentro de un virus, del juego y la incredulidad pasamos al miedo y al llanto. Del desinterés a la angustia por un sistema de salud en agonía.
La corrupción y falta de inversión, tiene hoy al sector salud a punto del colapso. El IMSS y su área de urgencias siguen igual de saturadas y obsoletas, pero ahora bajo el acecho de una amenaza invisible que vive en el ambiente y se esconde en las superficies.
Con más de 30 médicos y enfermeras contagiados, parece cercana la advertencia que: “enfermos atenderán enfermos”. Esos mismos que durante años, soportaron callados las carencias y que incluso algunos tomaron como justificación de su inacción. Hoy todo es diferente, su vida va de por medio, ya no cabe su silencio.
Ayer otra doctora murió de una ‘neumonía atípica’ y mientras estos decesos se multiplican, la gente exige exámenes para acabar con la incertidumbre
“No estamos preparados para un contagio masivo, si se diera el block B sería insuficiente en todos los sentidos”, ese fue el mensaje con el paciente cero, ni ellos se imaginaban más de 45 casos en menos de un mes.
El ánimo no decae, la ciudad se semiparalizó y aunque en otra época estaría abarrotado de vacacionistas, y fieles católicos, no es momento de perder la fe, tenemos que exigir a los gobernantes un sistema de salud eficiente y a la altura de la región, ya no más simulación si queremos volver a ponernos en pie.
Vamos Monclova!!!