La primera, la revolución la de Francisco Ygnacio Madero, nativo de Parras de la Fuente, buscaba acabar con el casi eterno gobierno de Porfirio Díaz, inicia en 1910 y acaba muy mal tres años después al ser derrocado y asesinado por su general Victoriano Huerta, conocido como el usurpador.
Y la segunda, la más larga y sangrienta, la que inicia el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, nacido en 1859 en el estado de Nuevo León y Coahuila, que así se llamaba nuestro estado en esos años, don Venus se enciende como cerillo y arranca un movimiento también revolucionario con la idea de defender la constitución.
El 19 de febrero el congreso, con el decreto 1421, desconoció el gobierno del General Huerta y le concedió a Carranza facultades para conformar un ejército que restituyera el orden constitucional. Esa fecha se recuerda con el día del soldado.
El 26 de marzo, a medio camino entre Saltillo y Monclova, en la hacienda de Guadalupe, el gobernador Carranza redacta un Plan desconociendo a Huerta y su espurio gobierno, llamando a cada gobierno de cada estado a levantarse en armas y muy pomposamente bautiza a su gente armada como el Ejército Constitucionalista.
Unos días después se establece en la estación Monclova, hoy ciudad Frontera, concretamente en el Hotel Rojo, o de Chinos, como le decían al Hotel Internacional. Los que apoyaron su movimiento fueron Sonora y Chihuahua, haciendo fuerza los tres estados grandotes del norte de México, y así, el viernes 18 de abril llegan los comisionados de Sonora, Adolfo de la Huerta y Roberto V. Pesqueira, el Dr. Samuel Navarro, delegado por Chihuahua y Alfredo Breceda, delegado por Coahuila, quienes aceptan las bases del Plan de Guadalupe nombrando a don Venustiano primer Jefe del Ejército Constitucionalista restaurador de la legalidad. rechazaron al Gobierno del General Victoriano Huerta y desconocieron a los poderes Legislativos y Judicial de la Federación.
A este acuerdo en el Hotel Internacional de estación Monclova se le conoce como “Pacto de Monclova”, de aquí nace el movimiento que culmina con la promulgación de una nueva constitución política para nuestro país, tanto la defendieron que acabaron promulgando una nueva el 5 de febrero de 1917 allá en Querétaro.
Bajo los ladrillos rojos de las ruinas del Hotel, se encuentra el ombligo de nuestro ejército mexicano, yo quisiera que se recordara esta fecha con desfiles, actos cívicos, pirotecnia y muchos etcéteras. Ojalá y nuestras autoridades se pongan las pilas cada 18 de abril recordando que aquí en la estación don Venustiano tomó el timón de México.
