Su pasión era el futbol, quería jugar con Santos Laguna pero un día conoció el americano y formó una gran familia en Zorros de la Guadalupe. En este año, Eduardo Alberto volvería a jugar con sus compañeros de camada y ante la situación de la Pandemia, no podrá hacerlo.
Eduardo Alberto Flores Arias, nació el 22 de noviembre del 2003 en Monclova, Coahuila. Es hijo de Eduardo Enrique y Alejandra Isabel, y tiene un hermano que es Alejandro.
Desde pequeño le gustaba el futbol, jugó con la Academia Santos Monclova desde la categoría Cascarón hasta Infantil. Era un gran defensa, tenía cualidades y quería jugar en el Territorio Santos Modelo, hasta que un día su primo Jorge Alberto lo invitó a jugar americano.
Su pasión es el futbol americano.
Aprovechó que vivía cerca de la Unidad Deportiva y optó por enfundarse el jersey del club Vaqueros. Tenía 10 años, ingresó a la categoría Hormiguitas y jugó una temporada.
El proceso de adaptación fue complicado por el tipo de entrenamiento y rutina, aunque su motivación era el choque de cascos y los golpes.
En su primer partido contra Potros no pudo jugar, fue tacleado por la báscula. Desde ese momento, empezó la dieta, dejó la lasaña y sus otros platillos favoritos. En el segundo encuentro contra Tigres, se enamoró del americano, sin embargo, esta vez pesó más el no contar con amigos y su siguiente categoría, Hormigas, emigró a la “Ola Naranja”.
UNA GRAN FAMILIA EN ZORROS
Desde el primer día que pisó la “madriguera” de Zorros, se sintió como en su casa. De inmediato los jugadores lo integraron a la “manada” sin ni siquiera conocerlo. Ahí se sintió libre y pronto sus compañeros se convirtieron en hermanos.
En esa temporada, jugó semifinales y perdió contra Búfalos. En la clausura de su club, recibió el trofeo como el mejor jugador de la categoría por su destreza y habilidad.
Poco a poco, se consolidó como Full Back, pero sobre todo en un líder, gracias al apoyo del coach, Arocha Castro, a quien recuerda con cariño por sus enseñanzas.
Cada vez que su equipo se encontraba en adversidades, él siempre estaba ahí para apoyarlos y animarlos a seguir adelante. Su ciclo en infantil concluyó en la categoría Ardillas.
Su objetivo es estudiar en la UANL para buscar un lugar en Auténticos.
SUBCAMPEÓN EN MIDGET
En su primera temporada como Juvenil, tuvo un buen desempeño en Pee Wee tanto dentro como fuera del emparrillado, pero el resultado no fue positivo como equipo.
Fue entonces, que los coach de la categoría Midget lo invitaron como refuerzo, junto con otro de su compañero, para jugar la postemporada.
“Yo tenía el peso y la estatura, por eso me invitaron. Fue algo impresionante jugar contra personas más grandes, entrar y sentir los golpes. La final fue contra Potros, yo tumbé al corredor, fue increíble”, indicó.
El partido fue emocionante y se definió por una anotación en la última jugada con un pase al receptor que estaba solo, avanzó y anotó.
SU MEJOR ETAPA EN MIDGET
Tras cumplir la edad, subió a la categoría Midget. Fue uno de los procesos más significativos debido a que se enfrentó a rivales de más nivel y ágiles, y los problemas con su peso los fue superando gracias a su preparador físico.
Cuando todo iba muy bien, su club Zorros decidió emigrar de AMFAI a la Liga del Norte de Coahuila, es decir, otro reto de alto calibre.
Todos estaban motivados y justo cuando jugaría su primer compromiso, nuevamente el peso fue un problema. De inmediato, se analizó su situación y se decidió subirlo a una categoría más grande, es decir, la Mayor. El único inconveniente, es que jugaría tres temporadas.
Para él, Zorros es una gran familia.
“Estaba muy nervioso por jugar contra chavos más grande. Yo recuerdo que contra Venados, terminé golpeando a mi compañero que iba por el quaterback, mi intención era pegarle al rival y ni a él”, compartió.
Nuevamente fue una temporada de aprendizaje, retos y su nivel se incrementó.
El año pasado jugó contra Auténticos Tigres.
SE ENCUENTRA CON SUS HERMANOS
Para la segunda temporada en Mayor, nuevamente se encontró con sus compañeros de camada y jugaron juntos. Tuvieron una excelente preparación contra Potros de Monclova y Búfalos de Monterrey con miras a la Temporada 2020.
“Lo que más me gusta del americano es compartir con mis compañeros, me siento feliz, convivir cada momento, realmente formamos una familia”, indicó.
Todo iba bien, pero la situación de pandemia del coronavirus detuvo todo. En las últimas semanas antes del inicio de la cuarentena tenían la esperanza de que pasara rápido, entrenaron con cubre bocas y la situación no mejoró.
Su único anhelo es que todavía tiene la oportunidad de jugar una tercera y última temporada con sus compañeros, que será hasta el próximo año.
Desde la categoría Hormiguitas empezó a jugar con la “Ola Naranja”.
JUGÓ CONTRA AUTÉNTICOS TIGRES
En el 2019, la Liga del Norte tuvo un proyecto de armar un selectivo para jugar en un Regional, donde vivió la experiencia de jugar contra Auténticos Tigres de la UANL de ONEFA.
Considera que el resultado fue malo, sin embargo, la experiencia de haber jugado en ese nivel nunca se las quitará y ahí nació la idea de querer estudiar en la UANL.
En este momento, tiene 16 años, cursa el cuarto semestre en el COBAC Prepa 24 y quiere estudiar en la Facultad de Química o Electromecánica de la UANL. La opción “B” es inscribirse en el Tecnológico de Saltillo, donde estudió su padre, además jugó con los famosos Burros Pardos.
Por ahora, esta su meta, quiere lograrla a toda costa y sigue su preparación tanto física como académica desde casa.