FRONTERA, COAH.- Lo que comenzó como una inocente travesura, estuvo a punto de terminar en tragedia, cuando un niño de apenas seis años de edad, sin medir las consecuencias, tomó un encendedor y le prendió fuego a un colchón dentro de su casa, desatando un voraz incendio que alarmó a los vecinos de la colonia Guadalupe Borja.
El siniestro ocurrió pasada la medianoche, en una vivienda ubicada en el cruce de Constitución y Presidente Carranza.
La madre del menor, Ericka Jazmín Ozuna Ramos, había salido de casa por un momento, dejando a su hijo Erick Emmanuel ‘N’ en compañía de su inseparable perrita ‘Estrellita’.
Aprovechando la ausencia de su madre, el pequeño encontró un encendedor y, con la curiosidad propia de su edad, lo encendió cerca del colchón de su recámara.
En cuestión de minutos, el fuego comenzó a consumir los muebles cercanos y llenó el hogar de un denso humo negro.
‘Estrellita’, salió despavorida por las llamas por lo que el niño, al ver como su mascota se escapaba, no dudo en salir tras ella pero luego regresó y abrazado a ella, se metió bajo la mesa del comedor.
Cuando Ericka regresó, encontró su casa en llamas y de inmediato pidió auxilio, gritando el nombre de su hijo entre lágrimas, pues no lo veía por ningún lado.
La movilización de los Bomberos, Policías Municipales y socorristas del GRUM fue inmediata, al recibir el reporte de que había personas atrapadas en el incendio.
Desafiando el fuego y el humo espeso, Ericka ingresó a la vivienda para buscar a su hijo. Fue hasta que escuchó un leve sollozo debajo de la mesa del comedor, donde encontró a Erick aferrado a su perrita, temblando de miedo.
Los socorristas de GRUM les brindaron atención médica por inhalación de humo, mientras que los Bomberos lograron sofocar las llamas antes de que el fuego consumiera por completo la casa.
Afortunadamente, el niño y su perrita resultaron ilesos, pero el incidente dejó cuantiosos daños materiales.
Las autoridades hicieron un llamado a los padres de familia para no dejar encendedores ni cerillos al alcance de los niños, ya que una travesura puede terminar en tragedia.
