Frontera, Coah. “Allá está un Dios y él es el bueno, soy alguien que cree en Dios y sé que está conmigo, que él va a poner los medios para que yo pueda estar con mi hija” dijo Manuel Ramos Romo a quien su esposa acusó de “robachicos” y mediante redes satanizaron.
Manuel aceptó haber cometido un error al agredir a su esposa, porque no le permitió convivir con su pequeña y eso le valió permanecer poco más de 24 horas detenido, aun cuando el plazo era de 48 horas. Su acusadora Griselda Marines Ramírez no se presentó al Centro de Empoderamiento e incluso se le fue a buscar a su hogar en Estancias pero no se apareció.
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Manuel fue agredido por decenas de personas cuando su esposa lo acusó de “robachicos”.
Recordó el desafortunado hecho, después de un mes separado de su mujer Griselda Marines que le negaba ver a su hija, pese a que constantemente le depositaba dinero para sus gastos, acordaron verse en el parque Xochipilli donde la esperó por más de 2 horas.
“Estuve esperando, apenas había llegado cuando ya quería irse entonces le dije que me dejara a la niña un rato para que hiciera sus cosas y luego regresará al parque por ella pero se negó, acepto que cometí un error al agredirla y querer arrebatarle a mi hija para estar más tiempo con ella”.
En ese momento su esposa empezó a gritar que le robaban a su hija y muchos hombres que estaban en el Xochipilli se le fueron encima, intentó correr pero al paso le salían más personas que lo golpearon y luego exhibieron como “robachicos”.
Pese a que le mandaba constantemente dinero para el gasto de la pequeña, no le permitían verla.
Pese a la detención y las falsas acusaciones, aseguró que no procederá contra Gabriela Marines de manera legal, sino que hará todo lo posible para que las autoridades le permitan ver a la pequeña de 9 meses, acudirá a terapias al centro de empoderamiento y hará lo necesario para convivir con la niña.
Manuel Ramos también dio a conocer, que su esposa Griselda nunca ha cuidado bien de la pequeña pues no la vacunó, hasta que él tuvo que faltar al trabajo para llevarla al médico.
Relató que ingresó a su hogar en la colonia Morelos para sacar sus cosas, mientras sus padres, que se dicen cristianos, lo amenazaron con refundirlo en la cárcel porque trabajan con Alfredo Paredes.
