El pasado fin de semana vi una película mexicana.
Nadie me la recomendó pero me invitaron a verla, para que supiera lo que se estaba produciendo actualmente en el cine en México.
La Región Salvaje es el nombre de la película. Está dirigida por Amat Escalante y fue nominada a los premios León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia en el 2016, llevándose un premio como mejor director.
Antes de emitir una opinión personal, quiero destacar que este filme ha llegado a todas partes del mundo. Ha tenido buena aceptación y recibido buena crítica.
Te puede interesar: ¿Se ha dado cuenta de lo silencioso, limpio, y ordenado que está un museo?De mi parte puedo decir que la manera en que el director me tomó de la mano y me mostró la historia, es amable. El espacio que recrea, juega con las sensaciones y permite que el espectador se deje envolver de la bruma de misterio que representa la primera escena. Me emocioné con esa primera escena. Después la cotidianidad te regresa a la realidad y esperas siempre ese momento para sentir de nuevo la fantasía que provoca los primeros momentos. Ese momento no regresó.
La actuación de los actores empobreció la historia. Me distrajo mucho porque todo el tiempo estaba criticando sus diálogos, acciones y movimientos.
Traté de enfocarme de nuevo en la historia, en lo real y fantástico de la película. En el estado de Guanajuato, en sus paisajes, sus calles pequeñas, en el ser extraño que cae del cielo y que vino a cambiar por completo la vida de los personajes.
El abuso de poder, la homosexualidad, la violencia en contra de la mujer, son los temas más recurrentes en la película; pero el principal es el placer como redención.
Este ser que viene de otro planeta, o de este mismo pero de otra parte, redime la felicidad de todo aquel que tiene el privilegio de conocerlo. Yo no necesitaba verlo, no necesitaba que el director me lo mostrara, me hubiera gustado quedarme con la imagen que la primera escena creó en mí. Pero lo mostró. Y mostró muchas cosas más que no necesitaba ver: las escenas explícitas de sexo, que no aportaban a la historia.
Al salir de la sala solo pensaba en que esta película es la representación de cine que se tiene en otros países sobre México. ¡Cuánta responsabilidad se tiene detrás de una cámara!
