Con hilos de colores y puntadas que transmiten amor y resistencia, familias de personas desaparecidas realizaron la Jornada de Bordado por la Memoria, llevada a cabo en la Plaza Principal, una actividad con la que buscan visibilizar la ausencia de sus seres queridos y mantener viva su presencia a través del arte.
En el tendedero de la memoria, colgado frente a la mirada de los transeúntes, se desplegaron telas y prendas bordadas con nombres, fechas y frases dedicadas a quienes no han regresado a casa.
Para las madres, padres, hijos o hermanos de los desaparecidos, cada puntada representa una forma de exigir justicia y mantener viva la presencia de quienes siguen ausentes.
Carmen Cardona, integrante del colectivo Corazones Robados y parte de la red RANADES (Rastreadores Nacionales de Desaparecidos), compartió que estas jornadas no solo buscan visibilizar la crisis de desapariciones, sino también dignificar la lucha de las familias.
"No pierdo la esperanza, seguiré buscando a mi papá y a todos los desaparecidos. No hemos bajado la bandera de búsqueda por más de 3 mil en Coahuila y los más de 132 mil en el país", expresó con firmeza.
Su testimonio nace de una herida personal: su padre, Gersain Cardona Martínez, desapareció en 2009 en Piedras Negras, Coahuila, junto a 11 personas más, cuando se dedicaba a la venta de pinturas y recorría distintos estados del país.
"Desde un inicio interpusimos el acta, pero en aquel tiempo, en plena guerra contra el narco, no existían los términos ni las instancias claras para la búsqueda; fue muy difícil que nos hicieran caso", recordó.
Tras la muerte de su madre en 2016 —quien encabezó la búsqueda en sus primeros años—, Carmen y sus hermanos asumieron la tarea de continuar con la exigencia de justicia y verdad.
Durante la jornada también se ofreció un taller de bordado para principiantes, con la intención de sumar a más personas a esta forma de expresión que se ha convertido en símbolo de acompañamiento.
En cada municipio que visitan, desde Sabinas hasta Torreón, y más allá en estados como Toluca y Puebla, las familias cuelgan telas con nombres y mensajes que posteriormente entregan a otras familias buscadoras, como gesto de solidaridad.
"Este bordado es memoria y es también resistencia", afirmaron las organizadoras, quienes reiteraron que la búsqueda continúa en cada hilo, en cada puntada, en cada nombre que se niega al olvido.