Monclova.- Rogelio Garza, habitante de la colonia Borja en el municipio de Frontera, tiene una rutina diaria que lo lleva a las calles de Monclova en busca de un sustento. Acompañado por un triciclo, recorre los contenedores y las calles en busca de materiales reciclables: aluminio, cobre, plástico e incluso cartón.
Con unas cajas colocadas en su triciclo, carga los frutos de su búsqueda, que luego vende para poder asegurarse un poco de alimento. A pesar de las dificultades, Rogelio puede obtener hasta 150 pesos diarios, complementados con el apoyo que recibe del gobierno federal.
“Estoy discapacitado y no puedo trabajar. Tengo 68 años de edad, y hace siete años trabajaba como albañil pero me lastime la rodilla y ahora no puedo laborar.”
Aún cuando tiene tres hijos, ninguno de ellos lo visita, su esposa lo corrió de su casa y actualmente vive con un vecino.
“Yo cuento con mucha gente que me ayuda me brinda alimento, ropa, y de mis hijos ni un vaso de agua, pero aún así yo le pido mucho a Dios por ellos” relató entre lágrimas.
La venta de materiales tienen costos que oscilan desde los tres pesos como la lámina, el aluminio delgado lo compran a 18 pesos, cobre a 130 mientras que el bote de aluminio a 20 pesos.
Lo que muchos podrían considerar un trabajo indigno, para Rogelio es motivo de orgullo. "Vergüenza es robar", afirma con convicción mientras continúa su búsqueda entre la basura. Su dignidad y su ética de trabajo son un ejemplo de perseverancia y honestidad en tiempos difíciles.