Durante 37 años, Juan Manuel Garza Villalba, conocido cariñosamente como "Samuel", entregó su vida al servicio de los demás como socorrista de Águilas Doradas. El día de hoy, a sus 57 años, se enfrenta a una de las situaciones más difíciles de su vida: no tiene dónde vivir. El cuarto que renta en la colonia Roma le fue solicitado por su arrendadora para alojar a un familiar, dejándolo sin un lugar seguro para dormir. Con la pérdida casi total de su vista y sin empleo ni pensión, Samuel teme quedar en la calle. "Me habla ella y me dice: ´oye, ¿sabes qué? dice la señora Diana que si puede desocupar el cuarto lo más pronto posible, porque va a entrar una prima aquí, porque va a cuidar a su mamá", señaló con una desesperación que lo llena de impotencia, al decir "no sé qué hacer, me siento cerrado completamente, con mi pérdida de vista y luego no tener quién me apoye". El ex socorrista, quien pagaba mil 500 pesos de renta gracias al apoyo de un empresario y una empresa en Frontera, señaló que ahora necesita reunir dinero para poder mudarse, pagar un depósito o al menos conseguir un cuarto donde quedarse. "No tengo pensión, no tengo nada, si tengo familiares, pero ellos tienen sus problemas; prefiero estar solo". Con lágrimas contenidas, Samuel reconoció que en medio de su situación ha llegado a pensar en desaparecer. "Uno así enfermo nada más sirve para estorbar, para dar lástimas, por lo que de repente se me vienen a la mente muchas tonterías y no quiero caer en eso. A veces pido a Dios que ya mejor me recoja", confesó. Sin embargo, mantiene la esperanza de recibir el apoyo de la población, para conseguir un lugar para quedarse, un cuarto, un baño, o si pudiera obtener el apoyo de alguien que lo ayude con la renta. Samuel señaló que laboró por 37 años como socorrista, en los que siempre vio por los demás, siempre se preocupó, incluso dio apoyo moral a la gente, en donde dijo que no se arrepiente por todo lo que dio a la población, pero lamenta no haberse preocupado más por su futuro. "Créanme que no me arrepiento de haber ayudado a la gente, pero sí me arrepiento de mi propia vida, porque nunca pensé en mí, en tener una casita donde vivir. Me gustó mucho ayudar, servir a la gente, trasladarlos, darles ánimos, 37 años que serví, que rescaté y hoy no tengo quién me rescate a mí". Las personas que deseen brindarle apoyo pueden comunicarse al teléfono 866-140-75-03 o acudir a su domicilio actual en 5 de Mayo con Sinaloa, Colonia Roma, mientras logra encontrar un lugar estable donde vivir.