Con la causa penal 747/2025, Juan Carlos "N" fue vinculado a proceso por los delitos de robo y usurpación de identidad, luego de que inicialmente se identificara ante las autoridades como "Jesús Conrado".
La verdadera identidad del imputado quedó al descubierto cuando agentes acudieron a un domicilio en la colonia San Salvador en busca de "Jesús". Una mujer de nombre Alicia, madre del supuesto implicado, aseguró que su hijo acababa de llegar de Monterrey y que no creía en las acusaciones. Sin embargo, al mostrarle una fotografía, reconoció que no era su hijo, sino el hijo de una vecina, de nombre Juan Carlos.
De acuerdo con la denuncia, el pasado 8 de agosto Juan Carlos ingresó a una vivienda en la colonia Azteca, propiedad de un hombre identificado como Carlos, de donde sustrajo cuatro pantallas, tres apagadores, un horno, calzado de hombre y mujer, utensilios de cocina y varias maletas en las que guardó los artículos robados. Testigos señalan que las maletas fueron subidas a un vehículo Tsuru.
La víctima relató que al llegar a su domicilio encontró el Tsuru estacionado en la cochera y, sin sospechar que los objetos eran suyos, pidió al conductor que se moviera. Sin embargo, al entrar a su casa descubrió a Juan Carlos, quien lo agredió con una bocina antes de intentar huir. Carlos logró perseguirlo y, con ayuda de un vecino, lo retuvo hasta la llegada de la policía.
En audiencia, el imputado negó los hechos y presentó una versión distinta: dijo que aquel día despertó por la tarde y al buscar su celular, otras personas con las que vive le dijeron que "se lo había llevado el diablo". Según su testimonio, cargó sus pertenencias en una carriola y salió a buscarlo, llegando a la vivienda de la víctima, donde tocó por varios minutos. Afirma que fue agredido por tres personas y posteriormente golpeado por más vecinos antes de ser detenido.
Juan Carlos acusó además a elementos policiales de torturarlo y amenazarlo, por lo que el juez ordenó aplicar el protocolo de Estambul para investigar posibles actos de violencia en su contra.
La madre del imputado declaró que su hijo es adicto a las drogas y que desde hace dos años no mantiene contacto con él, salvo cuando se entera de sus detenciones, mencionando que acostumbra a cambiar de nombre para evitar a las autoridades.