Palmira Gómez fue una mujer muy positiva, gran gestora social, amiga de muchos en el Fraccionamiento San Miguel y en toda la ciudad debido a su labor altruista, gente que hoy lamenta su muerte.
Nunca peleó con nadie, su forma de trabajar era buscar soluciones, era de las líderes de la vieja guardia, de esas mujeres de antes, ayudó a mucha gente que necesitó.
Tenía una forma bonita de defender las causas sociales, no agredía sus movimientos no eran con tinte de afectar, siempre era con el objetivo de buscar soluciones, siempre apegada al diálogo, a ser mediadora en cuestión política y relaciones de amistad.
Su muerte causó consternación, nadie lo esperaba pues era una mujer muy joven, pero su lucha contra la diabetes la fue desmejorando hasta que llegó el día de partir.
Algo que siempre se le admiró es que era una líder muy querida y apoyada, funcionarios, políticos y gente en general no la veían con un color, conocían su esencia, su forma de ser, muy humana.
Para ella primero eran sus viejitos, apoyaba a los vecinos más adultos, estuvo dentro del Partido Revolucionario Institucional entre 25 y 30 años hasta que decidió salirse aproximadamente en el 2015.
Su cuerpo fue velado en la funeraria La Paz, ahí acudieron sus amistades que estuvieron con ella hasta el último momento, pues luego de la muerte de su madre, mantuvieron una mayor comunicación con Palmira.
“Nos deja un gran dolor, fue una amiga muy querida, todo el mundo está hablando del fallecimiento de Palmira porque era muy querida, vivirá en nuestros corazones, siempre nos decía cuanto nos quería y cuando le contestaban que el cariño y el amor era reciproco, contestaba que ella prefería que se lo dijeran en vida”, comentó su amiga Diana Salazar.
