Margarita tiene un hijo que vive en Estados Unidos, por lo que ideó un modo para que él pudiera saber que la octogenaria está bien.
Ella no cuenta con un teléfono celular y declaró: “yo no lo veo a él, pero él a mí sí”; cada domingo, la anciana toma el autobús y acude a la misa programada en la Catedral de Guadalajara
El culto es grabado y retransmitido en EU: de esa forma, su hijo Ray puede observar la emisión internacional y ver a su madre.
La mujer trata de ponerse siempre en primera fila e incluso, le dirige un gesto: “a veces cuando paso a comulgar, hago como un saludito discreto para Ray”, se leyó en la publicación de Internet.
El hijo de la fémina no se pierde la retransmisión dominical y cuando logran hablar, incluso le describe la ropa que llevaba para demostrarle que sí la vio.
La historia llegó a muchos usuarios de las redes sociales y algunos sugirieron, que una videollamada facilitaría la comunicación y los haría muy felices, a lo que una sobrina nieta de la protagonista, se comprometió a prestarle su propio celular.
