Las autoridades afganas elevaron este lunes a 85 muertos y 147 heridos las víctimas, en su mayoría niñas, del atentado del pasado sábado con un coche bomba y dos explosivos contra una escuela femenina de la minoría chií hazara en Kabul.
"La última información que hemos recibido muestra que 85 personas murieron y otras 147 resultaron heridas" en el atentado contra esta escuela en la que estudian sobre todo niñas, afirmó a Efe Muhammad Hedayat, portavoz del vicepresidente segundo, Sarwar Danish.
El portavoz explicó que "casi todas las víctimas son niñas en edad escolar, ya que era un turno de niñas y estaban saliendo de la escuela durante el ataque", y añadió que en este centro con unos 16,000 estudiantes también estudian algunos varones.
Hasta ahora la cifra oficial de muertos por el atentado era de medio centenar, pero Hedayat aclaró que el repentino ascenso de víctimas se debió a que en un principio "no había información suficiente" debido a la magnitud del atentado.
Sin embargo, el portavoz del Ministerio del Interior, Tariq Arian, insistió hoy a Efe en que "el número de bajas aún no ha cambiado" y que según los datos de los que disponen, las víctimas se mantienen en 50 muertos y un centenar de heridos.
El atentado se produjo a primera hora de la tarde del sábado en el área de Dasht-e-Barchi en el oeste de la ciudad, frente a la puerta de entrada de la escuela femenina Sayed-ul-Shuhada, cuando primero explotó un coche bomba y luego detonaron dos artefactos.
Las condenas por el atentado no se hicieron esperar tanto en Afganistán como en el extranjero, y el Gobierno afgano declaró un día de duelo nacional para mañana, martes, con el fin de "honrar" a los estudiantes muertos en el ataque del sábado en Kabul.
"Declaro el martes como día de duelo nacional, y los rituales y oraciones funerarias se llevarán a cabo (...) en las mezquitas y todas las oficinas gubernamentales en Kabul, en las provincias y en las misiones afganas en otros países", anunció el domingo el presidente afgano, Ashraf Ghani.
BARRIO DE LA MINORIA HAZARA
El mandatario también ordenó al primer vicepresidente, Amrullah Saleh, que prepare un plan de seguridad para el barrio de Dasht-e-Barchi poblado por la atacada minoría hazara, sobre todo, en los lugares más vulnerables como escuelas, además de rehabilitar cuanto antes el colegio dañado.
Aunque el atentado aún no ha sido reivindicado, todo parece apuntar al grupo yihadista Estado Islámico (EI), que suele reclamar este tipo de ataques contra los hazara, a los que considera apóstatas.
Sin embargo, tanto el Gobierno afgano como los talibanes se acusaron mutuamente de estar detrás de este atentado de manera directa o indirecta, con algún apoyo encubierto al EI.
Este barrio habitado por la minoría hazara es objetivo habitual de ataques islamistas, como el que sucedió el pasado octubre contra otro centro educativo, que dejó 24 muertos y 57 heridos.
Hace un año, en ese mismo barrio, también fue atacada una maternidad en la que murieron 16 personas, entre ellas, según informaron entonces las autoridades, "dos recién nacidos, madres de recién nacidos y matronas, a los que dispararon".