Pekín/Washington.- La industria cinematográfica de Estados Unidos podría enfrentar un nuevo revés en su relación comercial con China, luego de que el presidente Donald Trump advirtiera sobre la posibilidad de imponer un arancel adicional del 50 % a productos chinos.
En respuesta, autoridades del país asiático estarían considerando prohibir la importación y exhibición de películas de Hollywood, una medida que representaría un duro golpe para la segunda taquilla cinematográfica más grande del mundo.
Escalada comercial y tensiones políticas
El conflicto se intensificó tras una publicación en Truth Social, donde Trump amenazó con subir los aranceles al 104 % si China no retiraba antes del 8 de abril los gravámenes del 34 % que impuso como represalia.
Como posible respuesta, China evalúa medidas severas como restringir exportaciones agrícolas desde EE. UU. y suspender la distribución de contenido cultural estadounidense, especialmente las producciones de Hollywood.
Los reportes surgieron a través de dos figuras influyentes y vinculadas al gobierno chino: Liu Hong, editor de la agencia estatal Xinhua, y Ren Yi, nieto de un exlíder del Partido Comunista. Ambos difundieron una lista de represalias entre las que destaca la suspensión de estrenos de Hollywood.
¿Por qué es importante China para Hollywood?
Durante 2024, las películas estadounidenses generaron 585 millones de dólares en la taquilla china, lo que representa aproximadamente el 3.5 % del total nacional, que ascendió a 17,710 millones de dólares.
Títulos como "Godzilla x Kong: The New Empire" y "Minecraft: La película" fueron especialmente exitosos, demostrando la relevancia del mercado chino para los estudios de Hollywood.
Más que películas: la soja y el pollo también en la lista
Además del cine, las represalias podrían extenderse a la importación de productos agrícolas, incluyendo soja y aves de corral. Esta táctica buscaría presionar directamente al gobierno de Trump para que retire sus amenazas arancelarias.
Por ahora, los estudios de Hollywood y exportadores estadounidenses están en estado de alerta, mientras crece la incertidumbre sobre el rumbo de esta nueva fase en la guerra comercial entre EE. UU. y China.
