EU desata guerra comercial: el ´muro de tarifas´ golpea a México, advierten analistas
WASHINGTON, DC.- La política arancelaria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha comenzado a levantar un nuevo muro, esta vez económico, sobre la frontera comercial más activa del planeta: la que une a México y su principal socio. Desde el acero y el cobre, hasta los tomates y los camiones, casi todo lo que no cumpla estrictamente las reglas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) pagará un nuevo gravamen de hasta 30%, vigente a partir del 31 de octubre.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, aseguró que existe un "avance de 90%" en las negociaciones para evitar el golpe, aunque no ofreció cifras ni acuerdos concretos. La incertidumbre mantiene en alerta a la industria automotriz: Washington planea aplicar un 25% a camiones medianos y pesados y un 10% a autobuses fabricados fuera de su territorio. México, primer exportador de esos vehículos, intenta acreditar que cumple con el T-MEC para obtener exenciones parciales.
La ofensiva comercial no es nueva. En julio, el Departamento de Comercio estadounidense rompió el Acuerdo de Suspensión 2019 que protegía las exportaciones mexicanas de tomate y reimpuso un arancel promedio de 17%. Los productores del norte de México recortaron siembras mientras en Florida celebraban el regreso de la "competencia justa". El Center for Strategic and International Studies advirtió que sin ese pacto "habrá menos previsibilidad y más volatilidad de precios", y que el consumidor estadounidense terminará pagando más.
En paralelo, el acero y el aluminio enfrentan un laberinto técnico: desde 2024 sólo están exentos los metales fundidos y colados en América del Norte. Si el material proviene de China o cualquier otro país y sólo se maquila en México, paga tarifas de 10 a 25%. "Antes bastaba saber de dónde venía el acero; ahora hay que probar en qué horno se derritió", resumió un ingeniero del sector.
El cobre, vital para la industria eléctrica y automotriz, recibió un arancel de 50% desde el 1 de agosto. Analistas como Clyde Russell califican la medida como "el mayor autogol" de la guerra comercial: Estados Unidos importa más del 40% de su consumo de cobre, por lo que el impuesto encarece vivienda, energía y autos eléctricos.
Los efectos ya son visibles. El puerto terrestre de Laredo, que procesó 339 mil millones de dólares en 2024, enfrenta demoras y sobrecostos. "Cada minuto adicional en un cruce es inflación", advierte Brookings Institution, que calcula que las tarifas reducirán el crecimiento estadounidense, bajarán salarios y encarecerán productos básicos.