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Opinión

Hasta nunca 2021

2021 fue un año de transición confusa, uno que dejó con más incertidumbre de la que ya muchos de nosotros teníamos

Marcos Durán Flores
Por Marcos Durán Flores - 03 enero, 2022 - 09:46 a.m.
Hasta nunca 2021

2021 fue un año de transición confusa, uno que dejó con más incertidumbre de la que ya muchos de nosotros teníamos. En última instancia, hay mucho que decir sobre ese año bizarro. Y es que todos esperábamos con ansias una "nueva normalidad", que nada tiene de normal y que ya no es tan nueva.

Así fue que hemos llegado a este momento, con un Año Nuevo delante de nosotros, lidiando todavía no solo con la pandemia, sino con una cepa altamente contagiosa del virus designada por la decimoquinta letra del alfabeto griego, derivada de la letra fenicia ayin y aprendiendo mucho más sobre el alfabeto griego de lo que alguna vez necesitaremos saber.

Estas nuevas variantes han hecho que muchos de nosotros nos preguntáramos: ¿Ya llegamos? Y es que le dijimos que si a esta nueva normalidad, pero aún no sabemos ¿A qué le dijimos que sí? 

 

Llegó un nuevo año y sé que a muchos los pone felices, pues nos permite, como hacía el Dios romano Jano, voltear al año anterior y mirar al pasado, pero imaginando el futuro. Pensar en lo que hicimos mal y en lo que esperamos hacer bien.

 

Es la época del año en que hacemos propósitos, que la mayoría se olvidan rápidamente. Buenos pero difíciles de alcanzar. Días que nos impulsan a entender que no hay más tiempo que perder, pues un día más, es también un día menos. De que el tiempo avanza y en su marcha inexorable no hay vuelta atrás. Imposible volver sobre nuestros pasos para enmendar errores y excesos, tampoco para disfrutar de triunfos y alegrías del pasado, quizás solo para añorarlos. Hoy, el futuro devora al pasado y se nos hace tarde, y en este complicado entramado, resta disfrutarlo al máximo ya que cada día que vivimos, es también uno menos de vida. Así que lo razonable sería aprovechar nuestro corto paso por esta Tierra y vivirla con intensidad, pues le aseguro que de esta no saldremos vivos.

 

De comprender que los días se nos hacen eternos, pero los años se pasan volando, así que no queda más que disfrutar el tiempo al máximo, pero sin perder de vista las pequeñas y grandes maravillas de la vida como son el amor en cualquiera de sus expresiones, el beso de un hijo, la plática con los amigos, disfrutar los regalos diarios que nos dan el universo y la naturaleza.

 

De que acaso, sólo por una ocasión, solo una vez más, dispondremos de la gran oportunidad de empezar a vivir con mayor sabiduría, intentar ser mejores seres humanos y vivir al máximo nuestras cortas vidas. Este nuevo año, será como todos los anteriores, mezcla de buenos y malos y terribles momentos, de alegrías y tristezas, de risas y de llantos, de amor y desamor. Y aunque agotados por la rutina y los aspectos negativos de una cosa tiene que estar seguro: Pasará más rápido que el anterior, pues al tiempo no se le puede retener o detener.

 

No esperemos grandes cambios pues hoy por la mañana, el sol salió como siempre por el oriente y al paso de sus primeros días, nos daremos cuenta que seguimos con los mismos vicios, defectos y con algo de suerte con las mismas virtudes. El nuevo calendario no acabará nuestros males y seremos siendo los mismos de siempre, quizás un poco más viejos.

 

Y es que el tiempo es un río en donde no se puede tocar la misma agua dos veces, un flujo que nunca pasará de nuevo. Esta madrugada terminó otro año y se sumó a los otros 4 mil 570 millones de ocasiones, en que la Tierra ha completado el movimiento de traslación, ese que nos hace orbitar alrededor del Sol impulsados por la gravitación.

 

En mi entorno personal, termina un año terrible, uno que nos ha marcado por siempre. Enfrentamos una muerte repentina y devastadora que nos ha dejado una herida que sangra intermitente. El dolor nos ha golpeado con fuerza y aun no logro saber si nos hemos levantado o si tan solo flotamos a la deriva. Estamos lidiando una batalla psicológica y en medio de ello, debemos seguir con los problemas de la vida cotidiana. Esto no tenía por qué ser así, pero así es la vida, incomprensible.

 

Así que esta mañana que se nos concede la oportunidad una vez más de montados sobre este planeta, atestiguar que termina un año que no olvidaremos jamás y al que le decimos: Hasta nunca 2021. Bienvenido 2022.

@marcosduranf

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