“Muchachos vengo a invitarlos a mi nuevo proyecto”, nos dijo el Ingeniero Salvador Kamar Apud (+), a un puñado de reporteros congregados, en un bar llamado el Lago de Los Cisnes.
Y agregó; Voy a abrir un diario aquí en Monclova y requiero, el apoyo de todos ustedes, fue un miércoles 12 de junio de 1986, a eso de las 6 de la tarde, cuando arribó a este lugar.
En este Bar, estábamos su servidor, también Víctor Manuel Infante de Anda (+) José Guadalupe Ortiz (+), Héctor Tamez (+), Javier Cerda y Miguel Ángel Almanza, entre otros.
Ahí después de brindar por su proyecto, le dijo a Víctor Infante; “Pelón” hazte cargo de seleccionar a los trabajadores que vayas a necesitar, porque dentro de unos tres meses comenzamos esta aventura.
Ahora después de 37 años de vida de este diario La Voz de Monclova, se consolida como un periódico de preferencia, no solamente en Monclova sino en todo Coahuila y México, ya que diariamente es leído por miles de personas.
Cuando inauguraron este Diario de la Voz, su servidor Ramiro Ortiz, ya estaba en este local, porque aquí era el periódico La Opinión, y aquí me quedé, recuerdo que el Ingeniero Salvador Kamar Apud dijo, “buscamos dar voz a los que no la tienen y hacer visibles a los invisibles”, claro está que eso lo estamos haciendo, un diario diferente con reporteros, que se documentan con la conflictividad social y la injusticia.
Yo Ramiro Ortiz continúo cumpliendo con mi misión, en los deportes municipales, regionales, estatales y nacionales, aunque como dicen por ahí, ya se me cansó el caballo, al llegar mañana a la inolvidable edad de 75 años.
Lo que para mí comenzó como una aventura, ahora ya es mi pasión, porque conviví con toreros, boxeadores, luchadores, beisbolistas, futbolistas a nivel nacional con entrevistas, y lo más importante disfrutar de la amistad de deportistas estrellas locales y regionales, que todavía los recuerdo, porque andan activos.
Hoy nuestro diario La Voz de Monclova, cumple 37 años, llevando a ustedes una información veraz y oportuna, estoy agradecido con Dios, por las bendiciones que me envía, para estar otro rato con ustedes.