Por: Alejandro Loya
Hace algunos años, cuando el Ing. Gustavo Galaz Mendoza se ve en la necesidad de ampliar su empresa, decidió mudar su taller de la avenida Cuauhtémoc en Monclova, a un predio al sur de la población de Castaños, donde no había mas que terrenos vacíos sin mayor provecho. Entonces se le preguntó, varias veces…. ¿Por qué Castaños?...... pudiendo buscar terrenos industriales más cercanos en Monclova, o Frontera, donde otras industrias ya se estaban instalando. El ingeniero Galaz, con su gran visión, defiende su decisión expresando que Castaños estaba destinado a crecer, y soñaba entonces con iniciar ahí un gran corredor industrial.
Gustavo Galaz creyó en Castaños, en su gente, y apostó a que su empresa, con menos de 100 trabajadores, sería alguna vez grande y detonante de un gran futuro. Gustavo Galaz tuvo fe y trabajando incansablemente hizo que su empresa INMAGUSA creciera hasta lograr emplear a más de 2000 personas, atrayendo varios años después, como lo soñó, a más y más industrias y negocios, y con ello bienestar y desarrollo a los castañenses.
Varias veces se dieron ofertas al Ing. Gustavo Galaz de cambiar la ya pujante INMAGUSA a otras ciudades, donde habría tal vez más opciones de personal operario y de ingeniería, a lo que Gustavo Galaz una y otra vez dijo que NO, la empresa se quedaría donde estaba, y así invirtió todos sus recursos de entonces, en duplicar su tamaño, pasando de menos de 800 a 2000 trabajadores.
El Ing. Gustavo Galaz Mendoza trajo al municipio de Castaños, Coahuila, la oportunidad de empleos bien remunerados, y después de él más industrias se fueron ubicando ahí mismo siguiendo su ejemplo. Gustavo Galaz dio toda su pasión, su entrega, y los mejores años de su vida por los pobladores de Castaños a través de su empresa y el sueño de ver todo a su alrededor crecer y mejorar, completando su labor con educación bilingüe para los hijos de los trabajadores, apoyo a las escuelas de la localidad, y apoyo al deporte en el municipio.
Su nombre en el Boulevard era un homenaje. Los pueblos no deben olvidar a sus prohombres, aquellos que abrieron camino para darnos la oportunidad de estar aquí, y aquí crecer y dar todo lo mejor de nosotros mismos siguiendo su ejemplo. Esa es la enseñanza que nos heredaron, por eso no hay que olvidarlos, para ver el presente y el futuro como ellos lo vieron, siempre optimistas, siempre hacia adelante, y siempre con nuestra gente.