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Coahuila

P. Noel Lozano

Por Agencia - 29 marzo, 2018 - 00:38 a.m.
P. Noel LozanoSacerdote de la Arquidiócesis de Monterrey  www.padrenoel.com facebook.com/padrelozano padrenoel@padrenoel.com.mx @pnoellozano

LAS CARTAS SOBRE LA MESA

Grande misterio: Eucaristía y Sacerdocio

Que difícil en nuestra vida entender los misterios. Que difícil entendernos nosotros mismos como un misterio salido de las manos de Dios. Que difícil entender cómo Jesús deja un tesoro tan sublime en vasos frágiles. Que misterio ver un tesoro tan grandioso en manos pecadoras y generosas a la vez. Sí, Jesús confía “El Sacerdocio”, y la prolongación de su presencia entre nosotros, por medio de los sacramentos y de manera especial hoy, en “la Eucaristía”, a hombres elegidos entre los hombres para ser administradores de esta gracia.

El sacerdote no es un extraterrestre caído de la nada a la tierra. Es un hombre de barro frágil que sale de las entrañas de la humanidad, para ponerse al servicio de sus hermanos. Sí, el sacerdote es pecador, es hombre y representante de Dios a la vez, es humanidad y gracia en el mismo momento, es error y luz cuando actúa en la persona de Cristo. ¡Que misterio! Jesús no solo se hace uno de nosotros, sino que pide a algunos de nosotros que nos hagamos como Él. ¡Que atrevimiento por parte del Señor!

La Santa Cena que Jesús celebró con sus apóstoles, ha permanecido inalterada a través de la agitada historia de la Iglesia. En cada celebración Eucarística no vivimos un simple rito, basado en una tradición bimilenaria. Hay algo más, algo que puede cambiar la vida de una persona. En ese trozo de pan, en ese vino, Dios se hace visible, tangible, comible, está presente en cuerpo, alma, sangre y divinidad. Gracias a la entrega y generosidad de sus sacerdotes.

Mucha tinta ha corrido en los últimos años sobre el sacerdocio. Muchas críticas y puntos de vista sobre cómo debe evolucionar esta figura en la Iglesia. Comencemos a respetar al sacerdote como lo quiso Jesús. Jesús los quiere a todos por igual, curiosamente los elige pecadores y no ángeles. Piensa que por muchos de ellos, sí de ellos, sacerdotes: pecadores, santos, alegres, tristes, jóvenes, ancianos, sanos, enfermos, altos, bajos, delgados, gordos, tartamudos, elocuentes,  serios, alegres, flojos, trabajadores, amargados, entusiastas, les caracteriza una cosa: generosidad y amor.

Todos los sacerdotes iniciaron un camino de entusiasmo, de mucho amor a Dios y a sus hermanos. El sacerdote que está a mi lado es como es, porque así quiero que sea. ¿Qué sacerdote tengo? Depende de cómo lo cuides, reces por él, lo quieras, lo aconsejes, lo formes, lo corrijas, lo acompañes, lo respetes, lo invites a estar contigo, lo uses o lo aproveches… No importa que el sacerdote haya sido revestido de sombras y arrojado, como indeseable para muchos. Es considerado el último, y sin embargo, amigos y enemigos le tienen siempre en el primer plano. Es el más desprovisto y el más colmado; el de menos prisa y el más apresurado. Se le ve junto al sano y al herido de muerte; sirviendo de guía al hombre y a la mujer; ante los grandes y los pequeños. El mundo necesita y pide sacerdotes que conozcan su mal y sufran con él. Cada quien tiene el sacerdote que ha diseñado. No exijas un sacerdote que no conoces. No quieras un sacerdote como una maquina de refrescos, donde introduces una moneda y obtienes un producto. El sacerdote es una persona que se cansa, que disfruta, que come, que duerme, que hay que saber darle su lugar como él te lo dará a ti. Hoy se celebra al sacerdote,  que con sus imperfecciones, me llega la gracia, me llega la vida, me llega el amor de Dios a mi vida. ¡Que misterio! El que por esas manos ungidas y pecadoras a la vez, como si fuese un tubo con averías y grietas, a pesar de sus limitaciones y debilidades, a mí me llega la gracia de Dios de una manera contundente.

Jesús había hablado del pan de vida. En aquel momento muchos no le comprendieron, y le abandonaron. Ahora, ha llegado el momento, “ardientemente deseado”, en el que su palabra, sería proferida con toda la sencillez y potencia del Verbo de Dios. Ese pan se transformaría, por acción de su voluntad y de su invocación, en su carne y su sangre. Mística anticipación, pero no por ello menos real, del sacrificio de la cruz. Hoy es un día grande, un día hermoso, Jesús nos deja como tesoro dos sacramentos: La Eucaristía y el Sacerdocio.

¿Cuál es mi actitud ante estos dones de Dios? ¿La del que busca acercase con fe, con devoción a estos sacramentos, pese a las dificultades que se le presenten? ¿O la del que se deja llevar por el racionalismo imperante, por las aguas tibias del relativismo? “Ustedes me buscan no porque han visto señales, sino porque han comido de los panes y se han saciado… busquen el alimento que permanece para la vida eterna” Nos advierte Jesús. No busquemos los sacramentos de la Eucaristía y el Sacerdocio para tranquilizar la conciencia o para servirme de un ritual tradicional con el que tengo que cumplir. O solo porque necesito “un padre”. Busquemos estos sacramentos porque son canal para la vida eterna.

Si todavía no sentimos hambre de Dios; si la sed espiritual no nos mueve a buscarle y a rechazar lo que le es contrario; si las cosas, los intereses de aquí abajo nos confunden para elegir entre el bien y el mal... ¿no será que no alimentamos nuestro espíritu con alimentos de vida eterna? En el mundo abundan los anoréxicos espirituales y racionales. Dios no ha querido permanecer “etéreo”, si no que se las ha ingeniado para ser alimento de vida eterna. Este Jueves Santo tenemos la oportunidad de revivir el encuentro con Jesucristo Eucaristía, de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Pidámosle a Él el don de no desear tanto las cosas de este mundo, y así será el inicio, o quiera Dios, la continuación feliz de nuestra amistad con Él en nuestro caminar hacia el cielo.

Gracias  Señor por tu Eucaristía y por el don del Sacerdocio.

Santa  María  Inmaculada, de la Dulce Espera, Ruega  por nosotros.

P NOEL LOZANO: Sacerdote de la Arquidiócesis de Monterrey. www.padrenoel.com; www.facebook.com/padrelozano; padrenoel@padrenoel.com.mx; @pnoellozano

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