Lo que inició como una velada de música y cerveza en el bar "El Dorado" terminó convertido en un espectáculo insólito cuando un cliente de 71 años de edad decidió fugarse sin pagar la cuenta, desatando una persecución policiaca que parecía sacada de una comedia de enredos.
El protagonista fue Rosenberg Osoria Cepeda, conocido entre los clientes del bar por su carácter alegre y sus pasos de baile incansables.
Desde temprano se presentó en el bar ubicado sobre el bulevar Harold R. Pape, casi esquina con Zaragoza, donde gastó parte de su pensión entre canciones de cumbia y rondas de cerveza.
Conforme la noche avanzaba, el septuagenario pedía más y más bebidas, asegurando que "al rato pagaba", mientras bailaba con las meseras y presumía una condición física que sorprendía a quienes lo miraban.
Sin embargo, al filo de la medianoche, cuando la música bajó de ritmo, Rosenberg decidió huir corriendo sin cubrir la cuenta.
El mesero, indignado, salió tras él al mismo tiempo que alertaba a la Policía Municipal. Lo increíble fue que el hombre, pese a su edad, logró recorrer varias cuadras con la agilidad de un veinteañero, dirigiéndose hacia la colonia Primero de Mayo para intentar despistar a quienes lo seguían.
La persecución llamó la atención de varios curiosos que no daban crédito a lo que veían, hasta que finalmente los uniformados lograron darle alcance y someterlo, cerrando la insólita fuga con su aseguramiento.
Rosenberg terminó la noche en la Comandancia Municipal, sin pagar un solo peso de lo consumido y con la anécdota de haber cambiado la pista de baile por una celda en la jefatura.