MONCLOVA, COAH.- Un insólito espectáculo de violencia intrafamiliar desató anoche la movilización de la Policía Municipal, cuando una pareja decidió llevar su discusión a la calle, brindando un "espectáculo" digno de la colonia Calderón.
La noche de ayer, los oficiales recibieron el reporte de que una pareja se encontraba en plena batalla campal sobre la calle. Al llegar al lugar, se encontraron con un escenario no tan raro en este tipo de situaciones: un hombre y una mujer golpeándose mutuamente en plena vía pública. Porque, claro, nada dice "solución pacífica" como hacer un show de violencia familiar en frente de todos.
¿Qué ocurrió?
Según el reporte inicial, Yenevith Espinoza Gallegos, con una habilidad increíble para el drama, decidió tomar una botella del suelo y estrellársela en la cabeza a su esposo, Bryan Alan Rodríguez Vázquez, quien, por supuesto, terminó con una herida, asegurando que todo esto ocurrió mientras él "intentaba darle dinero para los niños". Ah, el buen samaritano en medio del caos.
Por otro lado, Yenevith, quien evidentemente no se quedó atrás en su papel protagónico, alegó que su reacción fue un producto de la desesperación al encontrar mensajes comprometedores de otra mujer en el teléfono de su esposo. Además, reveló que él había amenazado con quemar su camioneta, lo que, claro, fue la gota que derramó el vaso de su autocontrol.
¿Cuál fue la respuesta de las autoridades?
Pero Bryan, siempre el caballero, negó todo eso y alegó que sólo quería "dialogar" con ella, mientras aceptaba que su relación se había visto empañada por problemas de toda índole. ¿Quién no ha tenido una discusión casual con botellas voladoras?
Los oficiales llegaron justo a tiempo para separar a los contendientes, aunque la dama ya había aprovechado para dejar su huella en el asunto. Así que, con pruebas y declaraciones de ambos, la policía decidió llevar a cabo su detención. Yenevith, quien pasó de ser la heroína a la villana en este relato, fue arrestada por lesiones durante la riña, mientras que Bryan fue asegurado bajo sospecha de violencia familiar, porque claro, el asunto no era una simple charla de pareja.
Ambos fueron informados de sus derechos y llevados a la Comandancia Municipal, de donde fueron consignados al Ministerio Público para que en dicha instancia se resolviera su situación legal.