FRONTERA, COAHUILA.- Con flores frescas, veladoras y recuerdos intactos, decenas de familias acudieron este 1 de noviembre al Panteón Dolores de Frontera para conmemorar el Día de Todos los Santos, una fecha dedicada a los "angelitos" que partieron antes de tiempo.
Entre los visitantes se encontraba la señora María Gloria, quien cada año visita la tumba de su hijo José Luis, fallecido a solo un mes de nacido a causa de una neumonía. "Yo sigo viniendo a visitarlo a pesar de los años", dijo la vecina de la colonia Americana.
Acompañada por su hermana Angélica y su sobrino Juan Manuel, María Gloria recordó que su hijo hubiera cumplido 50 años este 2025. La familia planea reunirse nuevamente este domingo para visitar también la tumba de su madre, Felipa López, y de sus hermanos Jesús, José, Candelario y Nina, quienes fallecieron en distintos años, pero permanecen juntos en el mismo espacio donde convergen las memorias familiares.
"Venimos todos los años, los recordamos con cariño, los ratos que pasábamos en la casa y sus risas", compartió mientras limpiaba la lápida.
No muy lejos de ahí, la señora Rosa Virginia Hernández Herrera llegó con flores y un arreglo de un angelito y globos para visitar la tumba de su nieta Ilse María, quien falleció hace 15 años, a los 13 días de nacida, por insuficiencia cardiaca.
"Mi hija vive en Estados Unidos, pero Ilse se le murió antes de que se fuera. Me pide que venga cada Día de Todos los Santos en su nombre, ya que ella no puede venir por su situación", relató con la voz entrecortada.
También se encontraba Rosa Elia, de 80 años y vecina de la colonia Americana, quien visitó las tumbas de su hermana mayor Irma, fallecida al año de vida, así como las de sus padres, abuelos y tíos. "De toda mi familia solo quedo yo", dijo con serenidad, asumiendo el papel de matriarca que el tiempo le ha concedido.
El Panteón Dolores lució lleno de vida entre flores de cempasúchil, música y oraciones. Las familias fronterenses mantuvieron viva la tradición y el amor por aquellos que partieron, recordando que el corazón nunca olvida a los que una vez iluminaron el camino.