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Coahuila

Pensionado de 71 Años Desata Caos en Bar al Huir sin Pagar

Un abuelo derrocha dinero en tequila y fiesta en un bar, para luego escapar sin pagar, dejando a todos atónitos.

Por Staff / La Voz - 04 septiembre, 2025 - 03:47 p.m.
Pensionado de 71 Años Desata Caos en Bar al Huir sin Pagar

Noche de copas, noche loca: pensionado se gasta su apoyo en bar y termina huyendo sin pagar

Un jubilado de 71 años protagonizó una noche digna de película en el bar "El Dorado", donde el entusiasmo, las "cariñosas" y el tequila lo llevaron a dilapidar todo su apoyo económico... para luego escapar sin saldar la cuenta.

Una velada de excesos en El Dorado

Todo comenzó a las 8:00 p.m., cuando Don Rosenberg "O", pensionado y vecino del barrio San Lorenzo, ingresó al conocido bar "El Dorado" con la cartera recién nutrida tras recibir su apoyo mensual. Según testigos y el popular cronista local "Chavita, el Reportero Urbano", el abuelo llegó con actitud festiva y una frase que desató el caos:

"¡Pidan lo que quieran, que hoy paga el patrón!"

No pasaron ni 15 minutos antes de que varias mujeres conocidas del lugar —popularmente llamadas "cariñosas"— se acercaran para compartir la mesa y la cuenta. Entre cumbias, botellas de tequila y coqueteos de alto costo, la noche avanzaba como si Don Rosenberg estuviera celebrando el fin del mundo.

El show del "abuelo fiestero"

Los asistentes no daban crédito a la generosidad y energía del jubilado. "Parecía político en campaña", comentó un mesero. Billetes de 200 y 500 pesos volaban como confeti. El pensionado pidió rondas para todas las mesas cercanas, compró flores, shots de lujo, e incluso contrató un trío para que le cantara "Hermoso cariño" a una de sus acompañantes.

Pero mientras la fiesta crecía, la cuenta también. En cuestión de tres horas, la cifra ya superaba los 9 mil pesos. Y entonces, cuando llegó el momento de saldar, comenzó la escena más insólita de la noche.

La fuga del bailarín de la tercera edad

Cerca de la medianoche, Don Rosenberg ejecutó lo que varios testigos bautizaron como la "Operación Retirada": se levantó de la pista de baile, lanzó un último paso prohibido estilo Juan Gabriel, y salió corriendo por la puerta principal como si compitiera en los Juegos Olímpicos.

"¡Yo no sabía si estaba viendo a un ladrón o a Eliud Kipchoge!", comentó entre carcajadas uno de los presentes, aún con la cerveza en mano.

Persecución y asombro policial

Vecinos alertaron a la policía tras ver al hombre correr por la calle principal esquivando botes de basura, saludando a conocidos y hasta bailando mientras huía.

Los agentes tardaron varios minutos en detenerlo, no por falta de intención, sino por la sorprendente condición física del pensionado. Uno de los oficiales comentó que "aguantaba más que varios cadetes en entrenamiento".

Al interceptarlo, lo llevaron a la comandancia donde aún tarareaba la última cumbia que sonó en el bar. Al parecer, Don Rosenberg no tenía intención de estafar, sino que simplemente "se le fue la mano con la fiesta" y olvidó dejar algo para la cuenta.

Final inesperado y lección costosa

El caso quedó registrado como un incidente menor y, gracias a la intervención de familiares, se logró llegar a un acuerdo con el bar para cubrir los gastos. Sin embargo, el episodio dejó varias lecciones en el aire:

"El apoyo puede desaparecer en cuestión de horas, sobre todo si se invierte en música, copas... y tacones dorados", dijo Chavita, cerrando su crónica urbana con ironía.

Mientras tanto, Don Rosenberg ha sido invitado a participar en el próximo maratón del barrio... aunque esta vez, sin tequila de por medio.

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