Arturo Valdez, comerciante de papelería con años de experiencia en la ciudad, alza la voz ante un fenómeno que, asegura, ya está desplazando al comercio local: la expansión imparable de las tiendas chinas.
“Ya están en todos lados: en la zona centro, en la zona dorada, en el bulevar… no hay punto de la ciudad donde no se vea una tienda china nueva”, advierte Valdez. Su preocupación no es solo por la cantidad, sino por la forma en que operan: “No pagan impuestos, no dan factura, no tienen a su personal en el Seguro Social. Así cualquiera puede dar barato, pero es una competencia desleal total.”
El comerciante asegura que estas tiendas están ganando mercado a pasos acelerados. “El problema es que mucha gente se deja llevar por el precio sin pensar que ese dinero no se queda aquí. Ellos no son de Monclova, se lo llevan fuera. Mientras tanto, nosotros, los negocios locales, estamos batallando para pagar impuestos, mantener empleados y cumplir con todo lo que la ley nos exige.”
Además, Valdez cuestiona la calidad y procedencia de la mercancía que se vende en estos lugares. “Son productos de baja calidad, a veces robados, y sin ningún respaldo legal. Hay tickets que hasta vienen en chino, sin cumplir con ningún requisito fiscal. Yo no entiendo qué privilegios tienen para que las autoridades los dejen trabajar así, mientras a nosotros nos exigen todo.”
Para él, la situación requiere acción inmediata: “Si seguimos así, van a acabar con muchos negocios de aquí. Le pido a la gente que piense antes de comprar, que apoye a las papelerías, ferreterías y tiendas que son de nuestra ciudad. Y a las autoridades, que pongan el piso parejo para competir.”