A diferencia del movimiento intenso que marcó los días previos a la Navidad, el cierre del año transcurrió con calma en la Zona Centro de la ciudad.
Este 30 de diciembre, la movilidad fue notablemente normal, lejos de las aglomeraciones y el caos vial que días antes habían saturado las principales calles.
Eran las 12 del mediodía y la escena contrastaba con la de la semana anterior. La gente caminaba tranquilamente por las banquetas, sin empujones ni prisas, mientras los vehículos circulaban con facilidad, sin necesidad de la intervención de agentes de tránsito para dirigir la vialidad.
El sonido de los cláxones y el tráfico detenido, tan comunes en fechas decembrinas, brillaban por su ausencia.
Los comercios del primer cuadro lucían con afluencia moderada. No se observaron largas filas en tiendas de ropa, calzado o establecimientos departamentales, como ocurrió durante las compras navideñas.
Los compradores ingresaban y salían sin contratiempos, con un ritmo pausado que permitió un respiro tanto a comerciantes como a peatones.
Donde sí se percibió un mayor movimiento fue en los centros comerciales, donde familias completas realizaban compras de último momento, principalmente productos para la cena de fin de año.
Carritos llenos y pasillos concurridos marcaron la diferencia respecto al Centro, reflejando un cambio en los hábitos de consumo para despedir el año.
Así, la Zona Centro vivió una jornada distinta, tranquila y ordenada, una especie de pausa antes de la llegada del Año Nuevo, confirmando que el flujo y la movilidad de fin de año no siempre repiten la intensidad de la Navidad.