La familia de Juanita Camarillo Flores denunció una negligencia en el servicio de la Funeraria Latinoamericana, que además de entregar el cuerpo con retraso de más de 6 horas para su velación, se percataron que del ataúd y del cuerpo de la difunta se escurrían líquidos.
Tras la muerte de su ser querido el pasado viernes 21 de marzo a las 4:20 p.m., a causa de una enfermedad repentina.
Guadalupe García Camarillo, hija de la fallecida, relató que contrataron los servicios de la mencionada funeraria, los cuales incluían el ataúd, preparación estética del cuerpo, embalsamamiento y traslado.
La entrega del cuerpo estaba programada para las 6:00 a.m. del sábado 22 de marzo en el domicilio familiar, sin embargo, la funeraria llegó hasta las 8:30 a.m., disculpándose por el retraso.
Al bajar los accesorios para la velación, los empleados de la funeraria notaron que el ataúd escurría líquidos, por lo que cerraron de inmediato la carroza y se retiraron rápidamente sin dar explicación alguna a la familia. Pasaron varias horas sin respuesta hasta que, a las 11:00 a.m., la funeraria se comunicó con los deudos para solicitar otro cambio de ropa, argumentando que el cuerpo presentaba llagas en la espalda.
Ante la confusión y el dolor de la pérdida, la familia acudió a la funeraria en busca de explicaciones, pero solo obtuvieron la respuesta de una secretaria que justificó la situación como algo "normal" debido a los químicos utilizados en el proceso de embalsamamiento.
Además, negó que el cuerpo hubiera sido llevado al lugar de la velación en la mañana, asegurando que solo se habían entregado los accesorios.
Horas más tarde, a las 12:00 del mediodía, la carroza volvió a llegar al domicilio ubicado en la calle Camelias #1706, en la colonia Ampliación Las Flores, para dar inicio a la velación. Sin embargo, la familia volvió a notar que el cuerpo de Juanita Camarillo Flores derramaba líquidos por la nariz, lo que evidenció nuevamente la falta de profesionalismo en la preparación del cuerpo.
Indignados por la situación, los familiares se comunicaron nuevamente con la funeraria, que envió a un supervisor para realizar un "retoque" como medida correctiva. El supervisor firmó una responsiva hecha a mano, comprometiéndose a que la situación no volvería a repetirse.
Este lamentable episodio ha dejado consternados a los familiares de la fallecida, quienes exigen una respuesta clara por parte de la Funeraria Latinoamericana.
