El consumo de drogas, especialmente el cristal, no solo destruye la vida de quienes caen en sus redes, sino que también deja una profunda cicatriz en sus hijos. De acuerdo a las cifras de la PRONNIF, el número de padres que pierden a sus hijos por omisión de cuidado y por el consumo de drogas va en aumento.
En los últimos años la adicción al cristal se encuentra a la alza, debido a la facilidad para obtener esta sustancia, así como el costo, por lo que muchas personas, padres de familia, se encuentran "enganchados" con esta sustancia.
Sin embargo, la destrucción por las drogas va más allá del daño que se generan en el cuerpo, en su salud, sino que llega al tema de la familia, en donde muchos abandonan y dejan a su suerte a sus hijos.
Martha Herrera, Subprocuradora de la PRONNIF mencionó que existe una alta incidencia de casos de omisión de cuidados, los cuales son reportados, y en los que los padres son adictos, incluso en algunos casos son los mismos padres entregan a sus hijos.
Durante los últimos dos años se han registrado 390 casos de omisión de cuidado, en los que el principal factor es el consumo de sustancias, 240 casos en el 2023 y 150 en 2024, de los cuales únicamente el 10 por ciento fueron reintegrados con sus padres.
Es decir, durante los últimos 2 años fueron resguardados 390 menores víctimas indirectas de la drogadicción, los cuales fueron puestos en Casas de Asistencia Social, la mayor parte son enviados con familias de apoyo, abuelos, tíos, pero de estos sólo 39 fueron devueltos a sus padres.
Esto representa un daño irreversible para los menores, víctimas de las circunstancias, en las que muchos padres y madres los olvidan o abandonan en situaciones insostenibles, ya sea con familiares o en la calle.
Indicó que se han presentado casos de padres de 18 o 19 años de edad, padres jóvenes que ya están envueltos en las drogas, pero esto no es exclusivo de una edad, ya que se tienen casos desde los 18 a los 50 años de edad.
Tampoco existe un sector especifico, ya que este problema permea en todos los sectores, pero sobresale en el sector Oriente y Sur de Monclova, así como en algunas colonias de Frontera y Castaños que son las zonas con mayor incidencia en la región Centro.
Ante este problema los menores no solo enfrentan la pérdida de sus padres, sino también los efectos psicológicos y emocionales de vivir en entornos disfuncionales o ser trasladados a centros de asistencia social.
