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Coahuila

José Valentín García Galarza presenta su libro sobre AHMSA

Historias de vida y trabajo en AHMSA se plasman en su obra.

Por Carolina Salomón - 23 noviembre, 2025 - 07:46 a.m.
José Valentín García Galarza presenta su libro sobre AHMSA

Con una vieja chamarra gris de AHMSA, un casco del mismo tono que cargó sobre su cabeza durante más de dos décadas, y un nudo de emociones difícil de describir, José Valentín García Galarza, de 73 años, se plantó frente al público en una tarde que jamás olvidará: la presentación de su primer libro.

En su mirada había nostalgia, orgullo y un brillo particular que solo aparece cuando la vida, después de muchos años, concede un sueño largamente postergado.

Aquel obrero que entró a Altos Hornos de México en 1970 para "hacer de todo", como él mismo bromea, hoy sostiene entre las manos una obra literaria que ya se encuentra a la venta en una librería de Monclova: "Mis Andares por los Caminos de AHMSA".

Cincuenta historias que recorren la piel, el hierro, la tragedia y la esperanza de una de las empresas siderúrgicas más emblemáticas de México y un pilar económico para la región centro de Coahuila.

 

Aunque la vida lo llevó por los hornos, el sínter y los trabajos pesados de la planta, Valentín siempre cargó un pincel en el alma.

Fue rotulista, pintor artístico, deportista, músico, Ingeniero Agrónomo egresado de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, y alumno del reconocido artista Arturo Pérez Oaxaca.

Pintó siete murales en la ciudad. Dos de ellos, los que realizara dentro de Planta 1 y Planta 2, ya desaparecieron; otros siguen vivos en espacios públicos y privados, recordando que aquel obrero también dejó color en las paredes de Monclova.

Y estuvo ahí, también colaborando con el autor Arturo Pérez Oaxaca, cuando se pintó la monumental imagen de la Virgen de Guadalupe, esa misma que año con año encabeza las peregrinaciones de la ciudad de Monclova.

Valentín fue muchas cosas, pero siempre algo más que lo que decía su gafete.

¿Qué historias comparte en su libro?

Comenzó en el departamento conocido como Trabajos Diversos, un nombre que le causa risa porque literal y completamente definía la misión del área: hacer de todo.

Años después llegó a Fundición, y posteriormente permutó a Sínter 2, donde trabajó una década. "Que no digan que el obrero solo iba a comer su lonche y a dormir", afirma.

Dentro de AHMSA se vivían tragedias que marcaban para siempre, pero también bromas, compañerismo, ingenio y momentos de humanidad profunda. Todo eso quedó plasmado en su libro.

Historias como "Olla con arrabio frío", "Bombero por una noche", "Mi primera novatada", "El Fantasma del BOF" o "Las 275 camisetas de mi Lito" son apenas un vistazo de lo que por años estuvo guardado en su memoria, como un volcán a punto de hacer erupción.

Un título nacido de Serrat

En un principio pensó titular su obra "Lágrimas y Risas de AHMSA", pero no lo convencía.

Un día escuchó "Cantares", de Joan Manuel Serrat, y en un verso encontró su respuesta:

"Caminante, no hay camino, se hace camino al andar." Valentín hizo el suyo en cada turno, cada madrugada y cada historia que ahora revive en papel.

"Mis Andares por los Caminos de AHMSA" se convirtió en un homenaje al paso del tiempo y al paso de miles de trabajadores como él.

 

José Valentín es padre de cuatro hijos: tres mujeres —dos docentes y una enfermera— y un hijo con residencia en Estados Unidos.

Su vida familiar también ha estado marcada por la tragedia, pues perdió a sus tres esposas: una por leucemia, otra por diabetes y la tercera a causa de un coágulo derivado de un golpe en la cabeza.

En la presentación de su libro, una de sus hijas y su nieta estuvo a su lado, orgullosas y emocionadas. Ellas han sido su mayor respaldo en este sueño que hoy, a los 73 años, finalmente pudo cumplir.

Un libro dedicado a sus excompañeros... que ya no están

Lo más duro: el libro está dedicado a los ex compañeros que murieron, la mayoría durante la pandemia del Covid-19.

"El ochenta por ciento ya falleció... se los llevó el COVID de un día a otro", dijo con la voz entrecortada.

Y entonces lloró. Lloró al recordar, lloró al escribir, lloró cuando reveló que la segunda parte del libro —que ya prepara y sumará otras 50 historias— estará dedicada a las madres y esposas de los obreros, a las mujeres que sostuvieron hogares, que esperaron en la ventana, que cuidaron hijos y que nunca recibieron reconocimiento.

"Nadie las menciona, pero fueron nuestro apoyo. Ellas también merecen un homenaje", dijo.

El niño de la portada y la búsqueda que aún continúa

La portada del libro muestra a un pequeño de espaldas, tomado de la mano de la estatua de bronce del obrero de AHMSA que se encuentra en la plaza principal de Monclova. Esa fotografía la captó Valentín hace más de un año.

Hoy busca al niño, Tadeo, para entregarle un ejemplar y una gratificación, y agradecerle haber inspirado la imagen que abraza el espíritu de toda la obra.

Escribir para no olvidar

"Existe un dicho popular que dice que las palabras se las lleva el viento.

Yo añadiría: si las dejamos por escrito, permanecen para siempre", afirmó.

Insiste en que los obreros deben escribir, aunque sea en un cuaderno. Que los hijos y los nietos deben leer lo que sus abuelos vivieron. Que en cien años nadie sabrá cómo se trabajaba dentro de AHMSA si ellos no lo cuentan ahora.

Porque la memoria no se hereda sola: hay que escribirla.

 

Desde hace cuatro años trabaja en una novela inspirada en dos italianos que llegaron a Monclova durante la Segunda Guerra Mundial: Don Panchito y Bartolo, vecinos suyos en la colonia El Pueblo.

"Me siento realizado", repite con la calma de quien por fin sacó a la luz todo lo que llevaba dentro.

"No lo hice por dinero. Lo hice por ese sueño... y ya quedó plasmado en hojas."

Y con humor añade una frase de José Alfredo Jiménez: "El dinero no supe dónde lo tiré, pero sus aplausos me los llevo en el corazón."

AHMSA: la herida que no cierra, la esperanza que no muere

Sobre la quiebra actual de Altos Hornos México y el desempleo de miles de obreros, Valentín vuelve a su experiencia.

Le tocó vivir la incertidumbre de la privatización en el sexenio en que Carlos Salinas de Gortari, fungía como presidente de México, cuando los rumores eran tantos como hoy.

Con una seguridad nacida de quien ya sobrevivió una tormenta muy similar, afirma:

"AHMSA volverá a abrir. La esperanza está. Yo ya vi renacer la empresa una vez."

El legado

En cada página, Valentín entrega no solo historias de él y compañeros obreros, sino una parte de la identidad de Monclova.

Su libro es un recordatorio de que detrás de cada empresa existen vidas, sueños, sacrificios y un pulso humano que no puede desaparecer entre humo de los hornos.

Valentín García Galarza, el obrero-artista, el pintor-agrónomo, el hombre de mil oficios, escribió para que nadie olvide lo que fue caminar los caminos de AHMSA.

Y para demostrar que, a veces, los libros más grandes no nacen en escritorios... sino en las entrañas del acero.

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