El dolor de perder a un ser querido no se compara con nada, y eso lo sabe bien la familia de Paulina Valadez, la joven monclovense que falleció hace unos días a causa del dengue hemorrágico. En medio de su duelo, la familia vive otra batalla: la de Nicol, hija de Clarisa y sobrina de Paulina, quien también fue diagnosticada con dengue.
Desde hace varios días, Clarisa ha permanecido en el hospital acompañando a su hija de 12 años, mientras intenta asimilar la pérdida de su hermana. Entre lágrimas, contó que estos días han sido de mucho dolor, fe y oración.
"Ha sido muy difícil. Todavía no terminamos de creer lo de mi hermana, y ahora lo de mi hija nos tiene con el corazón en la mano. Pero tengo fe en que Dios no nos va a dejar solos", relató en entrevista para Periódico La Voz.
La familia vive en los límites de los municipios de Nadadores y San Buenaventura, justo frente a la antigua Clínica 51 del IMSS. A espaldas de su casa hay una sequía rodeada de hierbas y maleza, donde, según Clarisa, podrían haberse concentrado los mosquitos que transmiten la enfermedad.
"Creemos que de ahí salió el contagio. Solo mi hija y mi hermana salieron positivas. Gracias a Dios nadie más de la familia está enfermo", explicó.
Señaló que después de que Paulina estuvo hospitalizada, solicitó a las autoridades que realizaran fumigaciones en el sector no solo en su vivienda, afortunadamente autoridades ya fumigaron los alrededores la mañana de este miércoles.
A pesar del dolor, Clarisa ha recibido muestras de apoyo de amigos, vecinos y desconocidos que se han solidarizado con su situación. "Ha sido bonito sentir que la gente se preocupa. Nos mandan mensajes, oraciones, y eso da mucha fuerza", compartió.
Ahora, mientras Nicol mejora poco a poco, la familia Valadez intenta encontrar consuelo en la fe y en la esperanza. "Lo único que pedimos es salud para mi hija. Mi hermana ya está con Dios, y sé que desde allá está cuidando a Nicol", dijo Clarisa con voz quebrada, pero llena de amor.