SABINAS, COAH.- En un gesto de solidaridad y esperanza, el comedor de la Parroquia de San Francisco de Asís abrió sus puertas durante la víspera de Navidad para recibir a decenas de personas de escasos recursos. El espacio, que se ha convertido en un refugio para quienes enfrentan situaciones de vulnerabilidad, ofreció el pan y la sal como símbolo de fraternidad y unión en estas fechas tan significativas.
Gonzalo Rosales García, encargado del comedor, destacó la visión del Padre Mariano Carrillo Alba, quien hace tres años motivó a los feligreses a emprender este proyecto comunitario. Gracias a su impulso, el comedor parroquial se consolidó como un lugar donde la fe se traduce en acciones concretas de apoyo a quienes más lo necesitan.
Desde su creación, el comedor ha servido más de 12 mil raciones cada año, cifra que refleja el compromiso de voluntarios y benefactores que se suman a la causa. La labor ha trascendido como un ejemplo de organización comunitaria, en el que la colaboración y la empatía se convierten en pilares fundamentales para sostener la iniciativa.
En esta Navidad, la tradición se mantuvo viva y decenas de personas encontraron un espacio digno para compartir la mesa. Más allá de los alimentos, los asistentes recibieron el calor humano y el acompañamiento espiritual que caracteriza a la comunidad parroquial, reforzando el sentido de pertenencia y esperanza.
El comedor de la Parroquia de San Francisco de Asís se ha consolidado como un símbolo de solidaridad en Sabinas, recordando que la verdadera esencia de la Navidad está en compartir y tender la mano al prójimo. Con cada ración servida, se alimenta no solo el cuerpo, sino también el espíritu de quienes buscan un respiro en medio de la adversidad.