SALTILLO, COAH.- Ante la posibilidad de que General Motors (GM) transfiera parte de su producción de vehículos de México y Canadá a Estados Unidos, entre ella la perteneciente a la planta de Ramos Arizpe, el Gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, pidió no alarmarse y aseguró que este tipo de ajustes forman parte de un reacomodo en la estrategia económica del país vecino con la recién iniciada Presidencia de Donald Trump.
El mandatario estatal subrayó que, aunque GM ha señalado la posibilidad de trasladar parte de su producción a Estados Unidos, esto no significa que la compañía dejará de operar en México: "La relación y la comunicación con General Motors y todas las empresas que están en Coahuila es permanente", afirmó.
Jiménez Salinas explicó que el gobierno estadounidense, encabezado por Donald Trump, busca fortalecer la competitividad de sus empresas frente a las chinas, por lo que considera poco probable que se tomen medidas que afecten a las compañías norteamericanas.
"No veo al gobierno americano afectando a sus propias empresas o permitiendo que pierdan frente a las compañías chinas en el ámbito global", indicó.
De igual manera, el Gobernador de Coahuila destacó la importancia de mantener la calma y esperar la evolución del tema, al tiempo que reafirmó la solidez de las inversiones extranjeras en Coahuila.
En este sentido, recordó que recientemente sostuvo reuniones con los embajadores de Suecia y Alemania en México, y que este mismo día dialogaría con el embajador de Canadá: "Los inversionistas europeos también son de los más importantes en nuestro estado", señaló.
Finalmente, Jiménez Salinas reiteró su confianza en que el gobierno estadounidense buscará estrategias para hacer más competitivas a sus empresas sin afectar su presencia en México: "Sabemos que Estados Unidos quiere ser más competitivo ante China y para ello necesita a sus empresas, muchas de las cuales están en nuestro país y en Coahuila", concluyó.
