Zelda Williams, hija del icónico actor Robin Williams, expresó públicamente su rechazo al uso de Inteligencia Artificial (IA) para recrear la imagen y voz de su padre, fallecido en 2014. A través de una historia en su cuenta de Instagram, la actriz y directora pidió que dejen de enviarle videos creados con IA que intentan "revivir" al actor, calificando estas acciones como irrespetuosas y emocionalmente invasivas.
"Simplemente dejen de enviarme videos con IA de papá", escribió Zelda, visiblemente molesta. "No quiero verlos ni los voy a entender. Es tonto, una pérdida de tiempo y energía, y créanme, NO es lo que él querría", agregó.
La también escritora de 36 años destacó que muchos de estos videos se presentan como homenajes o tributos, pero en realidad solo reducen la memoria de su padre a un modelo digital manipulado por desconocidos. "Ver que los legados de personas reales se reducen a: ´Esto se parece y suena un poco como ellos, así que es suficiente´, solo para que otros produzcan horribles marionetas digitales, es una locura", criticó.
Zelda comparó este tipo de contenidos con "hot dogs sobreprocesados", elaborados sin alma ni consentimiento, y recordó que Robin Williams merece algo mejor que ser convertido en una tendencia pasajera de TikTok.
La actriz ya se había manifestado contra el uso de IA en el pasado. Durante la huelga del sindicato SAG-AFTRA en 2023, Zelda fue una de las voces que se pronunciaron en contra de la utilización no autorizada de voces e imágenes de actores, vivan o no. "Los actores vivos merecen la oportunidad de crear personajes con sus elecciones... poner su esfuerzo y tiempo humano en la interpretación", señaló entonces.
Robin Williams, recordado por películas como La Sociedad de los Poetas Muertos, Patch Adams y Una Noche en el Museo, murió por suicidio el 11 de agosto de 2014. En este 2025 se cumplen once años de su fallecimiento, y su hija sigue luchando por proteger su memoria.
Tras su publicación, Zelda ha recibido numerosos mensajes de apoyo por parte de sus seguidores, quienes coinciden en que la tecnología debe usarse con ética y respeto, sobre todo cuando se trata de figuras que ya no pueden dar su consentimiento.